El desarrollo astronómico esconde una enorme paradoja. Desde este pequeño planeta viajamos al pasado con nuestras observaciones, retrocedemos en el tiempo mientras más lejos apuntamos. Miramos los orígenes del universo, la posibilidad de encontrar vida extraterrestre, planetas que pueden albergarnos en el futuro, como también el nacimiento y muerte de estrellas.
Se trata de preguntas y problemas que han acompañado nuestra existencia casi desde siempre; se trata de una de las mejores características del ser humano: Salir a buscar la verdad, alejarnos del mito, de la leyenda, para encontrar lo certero e incuestionable.
Antofagasta y Chile son protagonistas en este ámbito, con las instalaciones de Alma, Paranal, Cerro Tololo, La Silla, Gemini, entre otros, a los que prontamente se sumará el E-ELT (Telescopio Extremadamente Grande), que se ubicará a pocos kilómetros de Paranal.
Lo mismo con el desarrollo que hará el gobierno chino, también en nuestra región.
¿Por qué se instalan acá?
Por las certezas jurídicas que tiene el país, la paz social y la calidad de los cielos. Son límpidos y con menores interrupciones que en otros sitios del planeta. De allí los esfuerzos realizados por Chile y los países desarrollados para implementar inversiones que son multimillonarias.
Sin embargo hay problemas, que se han incrementado con el correr de los años y se explican por el aumento de la contaminación lumínica.
Lo que debe tenerse presente es que el fenómeno se explica por la mala iluminación en ciudades y faenas mineras, lo que equivale a decir de que no se requiere iluminar menos, sino mejor.
Afortunadamente, el asunto está escalando en vías de una solución. El diputado RN José Miguel Castro, presentó un proyecto que busca incluir la contaminación lumínica en las declaraciones de impacto ambiental. Ya avanzó con la totalidad de votos a favor en la Cámara de Diputados.
La Región, toda, debe tomar conciencia del daño que hacemos a la investigación mundial. Por ello deben tomarse todas las providencias necesarias.