Don Marko
Su vida fue una novela apasionada que él no se cansaba de contar. Después de haber navegado algunos años en barcos de todos los calados y por mares de diversas latitudes, ancló un buen día en el puerto de Antofagasta, en el norte salitrero chileno, donde ya existía una incipiente colonia dálmata.
Sin otro capital que su entusiasmo aventurero y unas pocas libras esterlinas ahorradas en las faenas marineras, se instaló con una quinta de recreo, y al poco tiempo era, además, empresario de varios coches a caballo, vehículo de lujo en la ciudad de comienzos del siglo veinte.
Pasó un tiempo. Adquirió una buena situación económica y el cariño y respeto de sus compatriotas y de sus nuevos amigos chilenos. Sin embargo, el llamado de su pueblo fue más fuerte que su nueva posición material, y regresó. Al volver a Supetar con un pequeño capital en su bolsillo, don Marko se consideraba un pequeño gran señor, sin que por ello dejara de seguir trabajando.
Con sus propias manos y ayudado por amigos de la infancia, construyó una casita "al estilo chileno"; compró un botecito que bautizó con nombre y fiesta "a la chilena" y abrió una pequeña frutería. Quería que todo fuera como en Antofagasta.
Cuando terminaba una de sus obras, las adornaba con banderitas chilenas, e infaliblemente llegaba con todos sus amigos a la taberna, donde pedía 50 botellas de vino, cuidando que no faltara una sola. Entonces la alegría y la algazara eran iguales que en Chile, solo que de las 50, don Marko no se tomaba ni un trago. Se embriaga de pura nostalgia y había que ir a dejarlo, el último, a casa.
Un mal día llegó la primera guerra mundial. Sin revisión médica fue hecho soldado. Muere el primer día en el frente. Entre los efectos personales que le fueron devueltos a su viuda figuraba una arrugada bandera tricolor con una estrella blanca en su campo azul: era la bandera de Chile, de ese lejano país sudamericano cuyo recuerdo lo acompañó hasta la misma muerte.
N de R. Texto tomado de Revista en Viaje, artículo "Memorias". Trabajo de investigación de Sergio Gaytán M.
Iván Skoknic K, "Memorias" Revista En Viaje