Estudios realizados bajo la alcaldía de Floreal Recabarren en 1966, con el apoyo de variados historiadores de la época, identificaron el año 1866 como el momento más preciso del inicio de la ciudad de Antofagasta, con Juan López como protagonista, el famoso "Chango" López.
Vale decir, la ciudad, erigida por chilenos, tuvo su origen hace 152 años. Dos años más tarde, en 1868, cuando el territorio de La Chimba aún estaba en poder boliviano, ese país remitió un acta de fundación, fecha recordada en estos días.
Lo relevante es que la historia de Antofagasta está relacionada con Chile y los chilenos y en un brevísimo plazo, apenas un siglo y medio, se ha convertido en una de las urbes más preponderantes del país.
En 150 años el desarrollo de Antofagasta tiene su principal eje en la actividad extractiva, de eso no cabe duda. El caliche, salitre, el cobre, el litio, molibdeno, plata, y muchos otros minerales metálicos y no metálicos, han sido el combustible de este devenir.
Y a partir de esta actividad se han desarrollado otras como el Puerto de Antofagasta, variados medios de transporte y un crecimiento que ha sido sostenido, a pesar de las dificultades.
No es fácil vivir en este ambiente, pero el ingenio del hombre ha superado las adversidades y ha construido un medio que objetivamente es mejor que ayer. Los antofagastinos han hecho eso: Maximiliano Poblete, José Papic, Andrés Sabella, Antonio Rendic, Edmundo Pérez Zujovic y tantos otros.
Chile le debe mucho a esta ciudad, pero quienes vivimos aquí tenemos una deuda aún mayor y que recién será pagada cuando convirtamos esta tierra en una zona con mejor calidad de vida para todos. Ese es un sueño posible que depende principalmente de quienes vivimos aquí, no de Santiago.
Por estos días es fácil caer en los pesimismos y tener una imagen negativa de la ciudad. Abundan las quejas, los reclamos y escasean las propuestas. No parecen días felices para nuestra querida Antofagasta.
Pero no lo olvidemos: en 150 años es mucho lo avanzado y podemos ir por más. Consolidar y mejorar aquello es la gran tarea de esta generación.