Antoni0, recibe en felicidad a los viajeros
¿Sabes Antonio, Hombre de Suprema Bondad? Cuando pensabais en el más allá, (Rosas, 1975), Tú, vestido de paz, dijisteis: "Si este fuera, Señor, mi último día, qué feliz, qué contento me hallaría, porque sé que, al final de la jornada, mi alma vuelve a Ti y el polvo, a la nada…". ¡Y esa felicidad acompañará, en su partida, a Sonia Buljan de la eterna bondad!
¿Sabes Antonio de la Humildad? Cuando, ante el horizonte, señalasteis: "Mundo, contigo yo no quiero nada, ni enojo, ni angustia, ni dichas soñadas, quiero sólo silencio, absoluta quietud, un rincón ignorado y un poco de luz a los pies del madero en que duerme Jesús…" ¡Y así viajó en silencio y bella autoridad, nuestra Amiga y Maestra, Ena Concha!
¿Sabes Antonio de la Ejemplaridad Humana? Cuando musitasteis: "Yo sé que, a breve plazo he de partir sereno. Sin dolor y agonía, como parten los buenos... Porque viven tan sólo con el cuerpo aquí en la tierra. Yo sé que, cuando parta, no llorarán mis deudos. Seguros de saberme contigo allá en el cielo…" ¡Y así, también pleno de bondad infinita, viajó Luis Vega!
¿Sabes Antonio del más allá, celestial? Cuando tus palabras, interrumpidas sólo por cascadas de sollozo, decíais: "… Bajo tierra, todo es paz y quietud, inmovilidad y silencio. El cuerpo se desintegra, pero el alma no muere y sigue sembrando amor por todos los caminos…" ¡Y la Nona, al partir en paz, dejó la luz que seguirá sembrando camino a los suyos!
¿Sabes Antonio, Tú que sufristeis por los que sufrían y llorasteis por los que lloraban, en tus rimas declamasteis: "La carne que en todo ser palpita, es también como el alma infinita; cambia de forma, muta y desaparece, pero jamás termina, no perece…" ¡Y hay tantos que no mutan ni palpitan, alimentando su alma, tan sólo de injusticias!
¿Sabes Antonio, Caminante de Nortinidad? Cuando (Alma 1950), anunciabais: "Yo dejo por donde paso, siempre algo tuyo Señor; una promesa, un consuelo, la esperanza de tu cielo, una dádiva o una flor". ¡Y existen los que viven sin vivir, sin dar amor, y habitan envueltos en la oscuridad de su ego!
¿Sabes Antonio de amor? Recuerdo tu poesía (1978): "Voy caminando y sembrando a la vez, soy sembrador. Por donde paso, dejo una palabra de estímulo, un gesto de esperanza o una frase de consuelo. Y amo…" ¡Y tantos Padres y Maestros caminan inertes, sin sembrar esperanza, ni consuelo!
¿Sabes Antonio generoso de humanidad? Cuando dijisteis (Petición 1945): "... Y nada brote de mis toscas manos que tu sanción augusta no merezca" ¡Y muchos dan limosnas; pero, no por amor, sino temor al más allá!
¿Sabes Antonio, Hombre Agradecido? Cuando, en el umbral de los 70, te dibujabais (Gracias, Padre, 1978): "Mira, con el tiempo se han empañado mis ojos, las piernas se resisten a obedecerme y mi espalda se encorva aproximándose a la tierra…" ¡Y tantos Hijos y Gobernantes no se detienen ante la curva de los años, ni entregan Amor al Adulto Mayor!
¿Sabes Antonio, Tatuaje de mi Pueblo, cuando cruzasteis el umbral de los 83 años (1980), preguntabais: "¿Mañana? A qué el mañana, si confío en que este diáfano corazón mío, vivirá, hasta morir, en primavera" y agregasteis … "Señor de la Buena Muerte, dejo en tus manos mi suerte.
Entonces, Amigos Lectores, en mi habitual irreverencia, permítanme parodiar a Antonio, el Hombre Santo, diciendo: ¡Que, mañana, cuando muera, aun siendo polvo y ceniza, emerja desde el silencio y la raíz del Pimiento Eterno, para revivir sembrando, trazos y trozos de luz en Primavera, plena de Justicia Social y Hermana Felicidad, para toda la Humanidad!
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