De todas las instituciones de nuestra sociedad, quizás la más importante es, sin duda la familia. Sin embargo, así debemos reconocer que su participación y presencia es cada día más débil.
A diario nos vemos enfrentados a noticias muy lamentables, derivadas del accionar irresponsable de la primera escuela de la vida y del más rico humanismo, la familia, sin ésta es imposible cimentar una sociedad sólida y rica en valores. Tenemos, quienes poseemos la más grave tarea de ser padres, la obligación de ser ejemplos en todo. Nadie puede exigir lo que es incapaz de cumplir, por lo tanto, si la familia ha descuidado su obligación primera, velar por sus hijos, en todos los aspectos, debe hacerse un profundo cuestionamiento de su pobre actuar.
Nuestros hijos son el fruto del amor más genuino, ellos no pidieron voluntariamente venir a este mundo, cada vez más complejo. La familia debe entender de una vez, que es la primera responsable de la educación de sus hijos. La tarea de formación de los padres al interior de la familia no la puede sustituir ninguna institución, por muy excelente que esta sea. El amor de la familia va unido intrínsecamente al amor a la vida. Por esto, la familia es obviamente una íntima comunidad de vida y amor. Es en familia que aprendemos a: respetar, a ser honestos, a valorar cualquier tipo de vida, a ser tolerantes, reflexivos, solidarios, caritativos, comprometidos con las buenas causas que promueven un mundo más justo y humano.
Mantener una familia activa y saludable es una verdadera vocación de amor profundo en este tiempo; en que parece que esta valiosa institución se hubiese vuelto, perdonando la expresión, en algo desechable. La ausencia de la familia hoy en día, se evidencia más que nunca, desafortunadamente.
Quienes trabajamos en educación, percibimos con fuerza la ausencia del apoyo familiar en nuestra delicada tarea. Siempre recuerdo las acertadas palabras de la exministra de Educación, Mariana Aylwin; quien en un acto de inicio del año escolar señaló textualmente: "Detrás de un niño exitoso, siempre está la presencia de una familia responsable"; sin duda, su afirmación se ajusta totalmente a la verdad.
Es de esperar que el esfuerzo que hacen instituciones tan importantes ayuden a reforzar el verdadero valor y rol de la familia. Vuelvo a reiterar que es ésta la primera célula social, desde ella veremos crecer, reitero un mundo más humano, que no ceda a las tentaciones del egoísmo o la violencia, sino por el contrario a un mundo donde reine por siempre la fraternidad y el genuino amor.
Martín Bretón O.
Magíster en Política Educacional