La cuna del Chile moderno
Hay una epopeya que no ha sido debidamente integrada a la historia nacional. Un acontecimiento que cambiaría radicalmente a este país. Que provocaría el nacimiento del Chile moderno. Esa epopeya fue la conquista del Desierto de Atacama.
Hasta el año 1842 Chile era un país dedicado preferentemente a la agricultura y su radio de acción económica se ubicaba entre Copiapó y Concepción. No tenía ninguna semejanza con el país minero que ahora habitamos. Desde 1842 a 1879 se iniciaría un proceso de integración del Desierto de Atacama que va mucho más allá de lo militar.
El 31de octubre de 1842 el Presidente Bulnes promulgó la "Ley del guano", que fijó como límite norte de Chile el paralelo 23, ubicado cerca de Chacaya en Mejillones. De esta forma se zanjó la ambigüedad limítrofe donde Chile y Bolivia tenían como frontera "el Despoblado de Atacama".
En 1862 otro chileno notable: Juan López, descubrió guano rojo en el Morro de Mejillones, volviendo a inflamar el tema limítrofe. A esas alturas, la industria del guano era lo que interesaba a los gobiernos.
Luego que Chile retrocediera desde el paralelo 23 al 24 mediante el Tratado de 1866, entregando Mejillones y la naciente Antofagasta, otros chilenos seguirían dando valor al Desierto de Atacama. Desde Mejillones sale la expedición del "Cangalla" Méndez, que en 1870 descubriría la plata de Caracoles.
No me referiré al conflicto armado. Sólo constataré dos realidades y un injusto olvido. La plata de Caracoles atrajo a los chilenos que poblaron mayoritariamente este desierto. Como segunda cosa: ninguno de los dos tratados limítrofes menciona la palabra salitre. El único recurso del que se habla es el guano.
El injusto olvido es que la historia de Chile no consignó debidamente ese proceso mediante el cual se integró el Desierto de Atacama, foco de su riqueza. Una gesta no sólo militar, sino donde fueron actores importantes los cateadores, los mineros, los legisladores, los aventureros, las mujeres y todos aquellos que poblaron este desierto.
Wilfredo Santoro Cerda, escritor, investigador