El pintor Jorge Mella Sarria
Jorge Mella es un arquitecto y pintor fascinado con la magia y sacramentalidad de la realidad cotidiana: cada objeto como símbolo de una realidad superior; con el uso cariñoso de la mano o de las manos, cargando de humanidad lo que tocan; proyectando esa emoción a la tela, esa pasión de ver, aprehender, de apoderarse de un trozo o de un momento de magia de lo real. Lo visto y dibujado ¡Conquistado!
Mella nació en Tocopilla en 1970, arquitecto que "oficia" de empresario gastronómico, combinado con su pasión por las artes, donde, de modo autodidacta, se ha posesionado como dibujante y pintor de óleo sobre tela, el noble oficio que permite encarnar delicados matices sensibles.
Ha participado en la versión 34 de "Cristo en el Arte" y es invitado al "Salón de Mayo", el más antiguo de los Salones de Pintura y Escultura, creado en 1964, en la antigua U. del Norte.
La pintura de Jorge nos habla de su pasión por el Norte, logrando aciertos como "Oficina Chacabuco", donde un esquelético árbol eleva sus brazos implorantes. "San Pedro", la calle con el volcán Licancabur al fondo. "Estación Baquedano" peligroso espacio, donde puedes pasar a otra dimensión.
En la composición de sus obras logra proyectar el silencio del paso imperceptible del ángel, en la quietud insondable del tiempo ¿detenido? Esta presencia sutil y misteriosa que circunda y cruza sus figuras, la encontré en su última exposición bajo el título de "Ángel de metal" acompañado del poema "Ángel del Panteón". Evidentemente sus personajes y objetos están siendo observados por una presencia que se le adhirió y lo acompaña desde la antigua Tocopilla.
Sus intereses como artista y su dominio técnico, especialmente en el campo del dibujo, le permiten abarcar la temática tradicional de la figura humana. Destaca el retrato del escritor Hernán Rivera Letelier en que capta sus más sutiles expresiones.
Su dominio del dibujo a la manera tradicional, académica, le permitirá interpretar la geografía del Norte: la del paisaje intervenido y las líneas geodésicas del rostro humano.
Jorge Mella, una veta más, en la riqueza del arte en Antofagasta.
Waldo Valenzuela M.