Martes, 11:40 horas, paseo peatonal Prat, Antofagasta. A pesar de ser un día de semana el tráfico vehicular y la cantidad de bulla proveniente desde diferentes fuentes emisoras hacen que el sector centro sea el área pública más estridente de la comuna.

Aunque la Organización Mundial de la Salud y el decreto 38 del Ministerio de Medio Ambiente fijan el límite de ruido ambiental en 65 decibeles (db), este Medio registró (con dos sonómetros a la vez) sonidos que fluctuaban entre 70 a más de 80 db en diferentes puntos de Prat y Matta.

Pero no es novedad que la ciudad figure entre las comunas más ruidosas de Chile. En 2015 una encuesta realizada por el Centro Auditivo Gaes estableció que un 63% de los antofagastinos manifestaron que el ruido de su lugar de trabajo les perturbaba.

También este año un informe de Carabineros mostró que entre enero y octubre se registraron 123 denuncias por ruidos molestos, buena parte relacionada por el ruido ambiental y la contaminación acústica, lo que puso a Antofagasta como la comuna más ruidosa seguida por Viña del Mar y Coquimbo.

Atochamientos vehiculares (con sus respectivos bocinazos), artistas callejeros con amplificación, locales comerciales que se publicitan a través de grandes parlantes y fieles pregonando su fe son parte de las fuentes emisoras de la contaminación acústica.

"Esto recrudece en épocas de elecciones, porque aparte de toda esta bulla, cuando son las municipales o las parlamentarias, acá se llena de stands con candidatos que se hacen campaña a costa de megáfonos", dijo una kiosquera del sector.

Efectos

Los efectos de la exposición prolongada a ruidos ambientales sobre la norma puede ir en detrimento de la salud auditiva a largo plazo.

Incluso expertos advierten que en la actualidad cada vez más personas jóvenes están presentando daño auditivos.

Así lo explica la fonoaudióloga Gloria Sanguinetti, perteneciente al Centro Auditivo Gaes.

"Cuando hablamos de decibeles por sobre los 80, se causa un daño acumulativo. Cuando hay pérdida auditiva la solución es colocar un audífono o implante, pero de por sí el oído no se va a recuperar. Ahora a los 35 y 40 años la gente evidencia problemas auditivos, cosa que no se veía hace 20 años", detalla.

El fonoaudiólogo y académico de la Universidad de Antofagasta, Pedro Saavedra, quien vive en pleno centro, dice que "la locomoción genera harto ruido, al igual que la publicidad. Esto puede afectar directamente a quienes trabajen en esos mismos lugares".

La fiscalización en este caso corresponde a la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA). No obstante, desde la entidad manifestaron que solo lo hacen en sectores focalizados (como pubs y restoranes).

Desde la Municipalidad, en tanto, manifestaron que ya solicitaron la compra de un sonómetro para apoyar en las fiscalizaciones a la SMA.

"Se procedió a la compra (del aparato), viene con la calibración incluida y en los primeros días de enero estará a nuestra disposición", dijo Ramón Valverde, director de Seguridad Pública.