Los ayudantes de Santa en Antofagasta
NAVIDAD. Creciente escepticismo de los menores se impone como un desafío para los viejos pascueros locales.
José Manuel Leiva de 45 años, ataviado y maquillado como el "Viejito Pascuero", ingresó a una vivienda de Antofagasta a entregar un regalo a un menor, cuyos padres anteriormente habían acordado con Leiva que los incluyese en su recorrido de Noche Buena.
"Cuando le entrego los regalos al niño, éste me dice si me podía contar un secreto al oído. Le dije que claro y me dijo: 'esto no lo escribí en la carta porque lo iba a leer mi mamá. Pero lo único que quiero es que mis padres ya se dejen de pelear, que se dejen de gritar...'".
Leiva, quien en los otros 364 días del año se dedica al transporte de cargas para una empresa privada, salió llorando de la casa. La experiencia lo emociona hasta hoy.
No es el único que cada fin de año se viste de rojo. Son varios quienes en vísperas de Navidad se dedican a "ayudar" a Santa Claus en la repartición de regalos. Algunos son ya conocidos porque son contratados por empresas del retail para que se tomen fotografías con los niños que llegan hasta el lugar. Estos deben invertir en su personificación, puliendo detalles y profesionalizando al personaje.
Así lo reconoce otro de los "ayudantes", Marcelo Díaz. "Hay muchos corpóreos en las calles y los niños saben eso. Cuando llegas al hogar, debes ser 100% real, tanto en el traje como en la caracterización. Muchos niños ya no creen en Santa, pero el escepticismo dura hasta que te ven llegar".
"De transportista a San Nicolás Luis Ducret es otro de los ayudantes de Santa. Hace más de 10 años que reparte regalos y que es llamado por tiendas de retail para estas fechas. "Los niños me ven llegar y quedan impactados. Siempre me ha gustado sacarles una sonrisa en estas fechas tan especiales. Como siempre, hoy realizaré mi entrega en moto. Cuando voy en el recorrido, la gente desde sus móviles o micros me comienzan a fotografiar". No hay edad para ayudar a Santa. Marcelo Díaz tiene 27 y cada año también se personifica. "Los niños te observan demasiado, te tocan la barba, te miran a la cara. Algunas veces cuestionan tu veracidad y te ponen a prueba haciéndote preguntas del tipo ¿cuáles son los nombre de todos tus renos?". Un pascuero los 365 días del año José Manuel Leiva trabaja todos los años como transportista. Solo los 24 de diciembre interrumpe el transporte de cargas habituales por el de regalos. "Me hago acompañar de un duende (esposa) y un reno (hijo). En un principio solo lo hice para suplir a mi cuñado, quien realizaba esta labor, pero me conquistó la relación que se da con los niños, quienes de verdad disfrutan el momento". Luchando contra la incredulidad"