"Tengo claro de que, en este momento, a mí me sacaron de la selección".
— Marcelo Díaz — Futbolista chileno en Racing de — Argentina"Es una persona de pensamiento ultra derechista que te lo dice abiertamente. Tiene derecho a ser candidato presidencial".
Diputado PC Jorge Teillier
Hablando de J. A. Kast
La integración social se ha tomado el debate urbano en los últimos meses. Su opuesto, la segregación, lamentablemente se nos hizo costumbre, contradiciendo la evolución que han asumido las sociedades y ciudades sustentables, que facilitan la convivencia, privilegian la movilidad en transporte público, los espacios para el encuentro y el adecuado emplazamiento de los habitantes en un territorio seguro y no contaminado.
Como lo ha planteado el Presidente Sebastián Piñera, más del 90% de los chilenos vive en ciudades y debemos prepararnos para los desafíos que esto conlleva. Necesitamos hogares seguros y confortables y espacios públicos de calidad, porque la calidad de nuestras ciudades es el espejo en el que nos miramos como sociedad.
El actual sistema de planificación de uso del suelo podría apoyar de mejor manera el desarrollo urbano, donde las zonas establecidas tienden a ser estáticas y se vuelven obsoletas con mayor rapidez que la renovación o actualización de los planes reguladores y tienden a retrasar la oportunidad de re-desarrollar áreas subutilizadas para nuevos usos.
La política de proyectos de integración social que está impulsando el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Minvu, liderada por nuestro ministro Cristian Monckeberg, y reforzada en la región por el Intendente Marco Antonio Díaz, responde a lo expuesto, en virtud a promover áreas de acceso habitacional de ingresos mixtos desde grupos vulnerables a clase media emergente y consolidada.
No existe hoy un estudio técnico que demuestre que la inclusión de vivienda social y de integración en zonas consolidadas afecte la plusvalía. Por el contrario, lo que trae son beneficios multiplicadores de acceso y consolidación de servicios directamente vinculados a la calidad de vida de las personas.
Por otra parte, la adquisición de suelo en zonas consolidadas puede resultar inicialmente más cara como inversión, sin embargo, a la larga ahorra costos de construcción de alta inversión pública y privada de infraestructura mayor necesaria.
Esta política impulsada por el Minvu nos permitirá amplificar el teatro de acción y contribuir de manera efectiva a la disminución del déficit habitacional, que en su mayor parte se concentra en sectores de clase media emergente, en favor de una sociedad diversa que mientras construye en armonía con sus entornos está también reconstruyendo sus confianzas.
Julio Santander
Seremi de Vivienda y Urbanismo
Entra en vigencia un decreto de la Alcaldía de Antofagasta que ordena la estricta inspección de frutas y verduras en los puestos de expendio, en vista de los reclamos del público sobre su venta en estado de descomposición o porque están demasiado verdes.
La medida fue aplaudida por los antofagastinos.
Hans Hanselmann, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, se arrojó al paso de un tren y pasó a ser así el undécimo caso de un funcionario del gobierno de Bonn que muere cometiendo suicidio en menos de tres meses. Hanselmann tenía 41 años y no estaría vinculado a labores de espionaje como otros casos.
El acuerdo político en Bolivia está más cerca, después de que su presidente, Evo Morales, y los prefectos (gobernadores) del país, seis de ellos opositores, han decidido revisar el polémico proyecto de nueva constitución y dar paso a la elección de consejeros departamentales para avanzar en las autonomías regionales.
Milton Juica, expresidente de la Corte Suprema -quien dejó el Poder Judicial tras 50 años de carrera- dio unas sorprendentes declaraciones que probablemente le harán sentido al ciudadano de a pie, pero poco a quienes tienen mayor relación con las distintas instancias del Poder Judicial.
"Hay una percepción negativa que no se ha podido superar", asumió el exsupremo, respecto de este poder del Estado, añadiendo que esa imagen es herencia de la actuación del máximo tribunal durante el régimen militar, pero que hoy se ha agudizado con la impresión en la gente de que existe una justicia blanda para quienes tienen recursos y una dura para los que no.
El hecho -la percepción- en rigor existe: los chilenos sienten, atisban, de que los resultados de la justicia dependen de la condición económica de quien la enfrente.
Tenemos casos de personas que se robaron una gallina y tuvieron penas de cárcel, mientras que grandes empresarios que se coludieron, afectando el bolsillo de los chilenos y dañando el sistema de mercado -como el caso del confort o los pollos- apenas enfrentaron un daño a su imagen y llegaron a acuerdos inéditos con distintas instancias.
También está el caso de quienes financiaron ilegalmente la actividad política, o entregaron boletas ideológicamente falsas y a lo sumo tuvieron que entregar sus versiones ante el tribunal o fueron sancionados con clases de ética.
Es cierto que muchas de las respuestas están determinadas por la forma, es decir, por la ley misma (qué sanciona y qué no y de qué manera), pero también hay otra que tiene que ver con lo no dicho, con la decisión de cada magistrado de entender qué es lo más correcto o inaceptable.
En este sentido, quienes tienen algún tipo de liderazgo deben tener un comportamiento mucho más presentable que el común de las personas. Todos somos iguales -o dice la ley- pero es esperable que quienes ostentan una tribuna sean mucho más responsables de sus actos porque forman opinión.
El problema con la Justicia no es de mera imagen y si no es corregido puede escalar peligrosamente.