De prefijos y sufijos
"Hasta hoy las grandes decisiones, que impactan profundamente nuestra región, son tomadas en la metrópoli".
En estos tiempos donde abundan los prefijos a-político, a-nómico, a-sistémico y muchos otros se corre el riesgo que sean los sufijos los que se apoderen de la escena, y así, los popul-ismos, los nacional-ismos, el caudill-ismo y, en nuestro caso uno que es particularmente ambiguo, el regional-ismo. Esto que parece otro conjunto de simpáticos personajes como los cronopios y los famas de Cortázar son en realidad fenómenos que demandan más atención de nuestra parte.
En mas de una oportunidad me han interpelado en condición de regionalista a pronunciarme respecto de alguna situación. Lo primero que experimento es una situación agradable pues el que me identifiquen como tal satisface mi ego luego me invade una inquietud por saber si el y yo entendemos lo mismo por regionalista.
Luego una profunda inquietud por recibir un apelativo que quizás, como muchos trajes ya, me quede grande.
El regionalismo. En términos generales, se refiere a situaciones de tensión y antagonismo territorial que tienen una proyección política y se muestra como una ideología o un movimiento social y/o político. De acuerdo a esto es un fenómeno que interactúa con el federalismo y el centralismo.
La primera pregunta que a uno lo asalta es ¿cuál es nuestra ideología como regionalistas? Obviamente, que vaya más allá del malestar que todos sentimos por operar en la periferia dependientes de una metrópoli con una enorme capacidad centrípeta. ¿Que nos orienta como propuesta más allá de la rabia y la resignación aprendida a lo largo de nuestra corta historia?
La segunda pregunta ¿cuánto hace cada uno de nosotros en términos de una construcción social en torno al regionalismo? Que vaya más allá de pretender levantar una propuesta Papic o Castro Toro 2.0 que haya por junio de 1946 fueron capaces de articular el Centro para el progreso. ¿Es posible hoy en tiempos de Twitter, algoritmos y otras yerbas apostar por personas y no movimientos?
La tercera, de una cadencia de preguntas que pueden ser infinitas, ¿cómo abordaremos las próximas elecciones de gobernador regional cuando sea Santiago quien defina las plantillas regionales y determine, como siempre lo han hecho, el rompecabezas nacional definiendo quien y donde es candidato sin tener mínimamente en consideración el tejido político regional.
Hasta hoy las grandes decisiones, que impactan profundamente nuestra región, son tomadas en la metrópoli y a partir de los criterios que despliegan grupos con una enorme capacidad de recursos y lobby y así decisiones en el ámbito de la minería, por ejemplo, son definidas por elites auto-referidas y auto- designadas, prefijos complejos y muy peligrosos, sin que nosotros los región-alistas, sufijo pasivo a estas alturas, tengamos pito que tocar salvo sufrir las consecuencias.
César Trabucco
Sociólogo y académico Universidad de Antofagasta