Hace pocos días tuve el honor de acudir a un encuentro de los gremios empresariales regionales de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) con el Presidente de la República, Sebastián Piñera, y el Ministro de Economía, Fomento y Turismo, José Ramón Valente, a fin de discutir la Reforma Tributaria que actualmente impulsa el gobierno.
Si bien la idea de legislar al respecto recién se votará en abril y aún quedan varios puntos a ser despejados, el proyecto es positivo, sobre todo porque tiene un importante foco en las pequeñas y medianas empresas (PYME), que históricamente han sido las más postergadas en este ámbito.
En este aspecto, quizá lo más valioso que posee la iniciativa es que, a diferencia de la mayoría de las reformas tributarias que hemos conocido, no se centra únicamente en la consecución de una mayor recaudación de fondos para el fisco, sino en la desburocratización que se propone en cuanto a los regímenes tributarios, simplificando un sistema lleno de vericuetos y complejidades que insume mucho tiempo, energía y recursos de parte de los pequeños y medianos empresarios, como sucede actualmente en lo relativo con los regímenes semi integrado, atribuido, de renta presunta y el 14 Ter, para dar paso a un sistema especial para las Pyme y a otro integrado, de carácter general.
Otro aspecto que es tremendamente importante es la propuesta de crear un defensor del contribuyente. Hoy en día el Servicio de Impuestos Internos es un ente que posee poderes omnímodos y que, ante cualquier conflicto, actúa como juez o parte, por lo cual existe una relación totalmente asimétrica respecto de los contribuyentes, y eso es algo que podría cambiar en función de esta figura, cuyo objetivo básico sería evitar actos arbitrarios o abusivos en contra de ellos.
En ese mismo entendido, sería de una enorme utilidad que se pudiera consagrar (para las Pyme) la posibilidad de cancelar el IVA una vez que las facturas emitidas estén pagadas y no antes, como sucede hoy, situación en la cual el único que gana es el Estado, dejando en una situación de evidente desmedro a los empresarios.
Ciertamente, aún resta por conocer la forma que tendrá el proyecto definitivo y saber cuál será su viabilidad a nivel legislativo, pero para quienes trabajamos generando empleos y desarrollo parece ser una iniciativa que camina en la dirección correcta, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.
Osvaldo Pastén Díaz
Primer vicepresidente Asociación de Industriales de Antofagasta