"Algunos actores nos miran en menos, creen que tiene más estatus hacer drama"
El actor, comediante y creativo Humberto "Beto" Espinoza decidió dar un brusco giro a su carrera. Después de 15 años, se despide de Morandé con Compañía y comienza una nueva etapa en solitario en el stand up comedy.
Para ello, el intérprete del Epidemia, el recordado personaje del programa Cachureos, recurre a las vivencias acumuladas en sus más de tres décadas de trayectoria.
"Este stand up es un conjunto de experiencias que hoy, a mis 52 años, puedo relatar y analizar. Un espectáculo muy dinámico donde además revivo algunos llamativos personajes, roles que he tenido la fortuna de interpretar", asegura el artista, que este fin de semana está en Antofagasta.
¿Crees que el chileno actual tiene gustos distintos en el humor?
-Francamente creo que el humor ha evolucionado, es más transversal, directo e intenso, esa evolución explica por qué el publico está más exigente, pero lo que no ha cambiado es que siempre habrá diferentes opciones para hacer reír a todo tipo de público.
¿Es más difícil o más fácil hacer reír hoy?
-Hacer reír es una tarea que tradicionalmente es muy difícil. Las personas que hemos trabajado en ello durante toda la vida lo tomamos como un desafío constante. Algunos actores nos miran en menos a nosotros los comediantes, muchos ven que tiene más estatus hacer drama que hacer humor, sin embargo cuando les toca a ellos realizar nuestro trabajo se dan cuenta de lo complicado de esta hermosa misión.
Hacer este trabajo siempre será dificultoso pero quieres llevamos años en esto conocemos también lo que es ver una sala aplaudiéndote. Es un reto pero se hace con agrado.
Suele verse hoy al humorista planteando temas sociales muy potentes: desigualdad, feminismo, xenofobia, corrupción, etc. ¿Te gusta, te acomoda?
-Hemos visto en grandes escenarios comediantes plantear temas como la xenofobia, el feminismo y mensajes súper potentes que antes se ignoraban o pasaban por alto.
En mis presentaciones también hay críticas pero de una postura personal, el relato de mis experiencias en esta evolución. La realidad de hoy requiere un trabajo acorde a los tiempos, no puedo reírme de cosas que antes sacaban carcajadas, temas que antes podían ser la base para una rutina completa ahora no lo son.
¿Crees que el chileno está listo para ese tipo de humor, que quizás requiere tener ciertos conocimientos o experiencia, un criterio más formado, por así decirlo?
-El chileno creo que ya se adaptó a estos nuevos tiempos y lo está mirando de una forma muy distinta, no se conforma con un humor facilista, ya no se trata de hacer reír con cualquier cosa. Lo vulgar y lo burdo pasó de largo, hoy el público está pidiendo un contenido mucho más inteligente.
¿Por qué crees que le fue tan mal a Jani Dueñas en Viña del Mar, en qué se equivocó?
-Jani cometió errores garrafales en su presentación, siento que se confió demasiado en el trabajo que hizo en Netflix y en sus actuaciones habituales dirigidas a un público específico. Le faltó ser más humilde a la hora de enfrentar al público, sus primeros minutos fueron en base a quejas hacia los niños, los animales e incluso a los invitados al programa en que trabaja, "La Divina Comida". Esa fue una muy mala jugada de su parte.
En Viña el público es muy amplio y hay que tener la capacidad de entender donde estás parado, ella no entendió y echarle la culpa a los animadores o al cantante que viene después es una excusa… no sé si pecó de inocente o soberbia.
¿Y por contrario a un argentino como Jorge Alis le va espectacular, por qué?
-Jorge hizo una propuesta muy arriesgada como siempre, supo reírse de una realidad social, el racismo, la homofobia (por ejemplo) y al mismo tiempo fue capaz de reírse de él sin límites. Alis sabe jugar muy bien con las virtudes y defectos de los chilenos, él dice las cosas por su nombre, nos humilla sin sutilezas y nos hace ser capaces de reír por lo que somos y lo que nos pasa.
Epidemia
¿Tu hiciste un personaje muy querido en su tiempo, el Epidemia, cómo viviste esa etapa?
-El Epidemia mi fue el nacer en el espectáculo, comencé con Epidemia en el año 90 y la verdad es que en sus inicios partió como un personaje que debía ser rechazado y abucheado por los niños, sin embargo, con el paso de las grabaciones le di el perfil que creía era el más adecuado. Transformé el personaje en uno de los más queridos del programa infantil. Esa época fue maravillosa, siento que le di vida a un personaje que era parte de las familias chilenas.
¿Crees que los niños de hoy engancharían con un personaje así?
-Absolutamente. Hoy están de moda esos personajes que son más rudos y no tan tiernos. El Epidemia rompió los esquemas de un programa infantil, era rupturista en el sentido de que luchaba contra la autoridad, que en su caso era Marcelo. Epidemia tenía una gran parte de la idiosincrasia del chileno, "tirar la piedra pero esconder la mano", rápido para las tallas, simpático, con buena llegada… un personaje así debería estar presente en el escenario de hoy, por algo está tan presente en la memoria de las familias chilenas, Epidemia con su personalidad logró traspasar edades, por eso es recordado y querido hasta hoy.
¿Cuáles son tus proyectos para este año?
-Potenciar mi carrera fuera de Morandé con Compañía. Estoy perfeccionándome en el área del "entrete stand up", como yo le digo. Yo no hago un stand up tradicional sobre el escenario, sino más bien una especie de café concert donde además de hablar ante un micrófono y contar historias incorporo música, imitaciones, interacción con el público… hago mucho humor visual.
Gracias a Dios me ha ido bien en esta nueva etapa trabajando solo, he tenido un recibimiento del público muy reconfortante… ya estoy trabajando en nuevas rutinas para ir renovando mi espectáculo.