Derechos Humanos
Si los organismos de DD.HH. defienden a asesinos extranjeros es porque algo está muy mal.
Andrea González P.
Micros en El Huáscar
Vivo en la costanera, donde ya casi termina El Huáscar. Justo afuera de mi casa tengo el paradero de recorrido final, no de una, ni dos, ni tres, sino de seis líneas de microbuses (102,103,104, 109, 121, 119), esto ya lleva tiempo, y la verdad que por un lado, puedo hasta comprender la falta de educación por parte de los choferes, que además de no respetar los límites de velocidad, ven el sector como basurero, baño y parada de descanso, todo obviamente afuera de mi casa.
Ahora, lo que me cuesta y no logro entender, es la falta de seriedad y responsabilidad por parte de las autoridades correspondientes.
¿Por qué si existe una Seremi de Transportes, no hay fiscalización alguna? ¿Qué papel juega la Adutax en esto?
No es que no se valore el que haya transporte. Pero la gran pregunta que me hago, es: Cómo es posible que se jacten diciendo que somos la capital mundial de la minería, si ni siquiera tenemos un medio de transporte decente para nosotros los habitantes de la ciudad que mayor recursos genera para el país. Los invito a subirse a una de estas micros y venir a ver la cotidianidad a lo que los vecinos y residentes del Huáscar debemos convivir.
Rodrigo Villalobos R.
Calles con nombres de mujer
El artículo relacionado con el nombre de mujeres en muy pocas calles de Antofagasta, me lleva a formular una pregunta. Empiezo a recordar nombre de chilenas que algo han realizado en Chile y en el extranjero, para que pudieran ser consideradas en un homenaje, dando sus nombres a alguna calle de Antofagasta. No interesa si están vivas o si ya no lo están. Lo que importa es lo que en vida realizan o han realizado.
Y me pregunto por qué esperar años después de sus fallecimientos para reconocer sus logros ejemplares.
Y nombro a algunas de ellas: María Teresa Ruiz González; Marcela Contreras Arriagada; Marlene Ahrens Ostertal. Y pregunto: ¿algún antofagastino sabe quién son ellas y qué es lo que hicieron o hacen?
El gran problema es que no conociendo la historia de ellas, mediante charlas en escuelas de enseñanza básica, en liceos de enseñanza media y en las universidades se priva a nuestra juventud y a sus familias de ella, el conocer ejemplos a imitar y que -supongo- pudieran evitar el abandono de estudios, el alcoholismo, la drogadicción, la violencia.
Yo recomendaría a los profesores -especialmente-, que buscaran la página web mujeresnotables.com. Allí hay material para inducción a estudiantes con el fin de ayudarles a vivir mejor y, especialmente, aumentar el acervo cultural de ellos.
Carlos Escobar
Educación
Es muy chistoso cuando el gobierno habla sobre calidad de educación, mientras tanto mi esposa tiene 43 alumnos en su clase.
Nadie debe tener mas de 25 alumnos en su clases. Los profesores dan todo su energía a sus alumnos trabajando 44 horas en escuela y más en casa.
La Cmds exige tanto a cambio de poca plata o respeto por todo lo que los profesores hacen por mejorar la calidad de vida de todo de Chile.
Christian Slater Knox
Lista de espera
Una triste realidad nacional y local: "Una de cada cinco personas que murió durante el primer semestre de 2018 estaba en lista de espera". ¿Cuántas personas más tienen que seguir asesinando con su lista de espera? El director del Servicio de Salud hace oídos sordos a nuestro llamado.
Sebastián Videla
Recuerdos
En la columna Palo poste del miércoles 27 de marzo, el maestro iquiqueño Bernardo Guerrero, remontándose a los años 50 y 60 del siglo pasado, evoca al kichi que, imagino, se refiere a una entretención muy popular, por entonces, incluso en los 40, que en Antofagasta y otras localidades un poco más al sur era conocida como queche. Un juego de calle, que implicaba cierta actividad física, derivado del béisbol, con la participación de dos equipos en que la bola podía ser golpeada con la mano o un palo, y confeccionada, generalmente en una vieja media de seda, rellena con trapos para darle cierta dureza.
Una de las tantas recreaciones infantiles perdida en el tiempo.
José Ledezma A.