Estudiantes relatan lo "sencillo" que es conseguir droga al interior de los liceos
PROBLEMÁTICA. Transacciones se hacen en los mismos patios o baños, tras hacer el encargo a través de Facebook o WhatsApp. El gramo de marihuana "Cripy" ronda los $3 mil entre los alumnos. Este Medio habló con estudiantes de diferentes colegios. La mayoría percibe las drogas como "algo normal".
Entre 3 mil y 3.500 pesos cuesta un gramo de marihuana "Cripy", al interior de algunos de los establecimientos educacionales de Antofagasta.
Conseguirla es relativamente sencillo, basta con preguntar en redes sociales (Facebook o WhatsApp), con algún tiempo de antelación para realizar la compra en algún patio o sala de clases, eso en el caso de querer "pasar piola", ya que siempre está la opción de preguntar en los baños o "lugares de comercio" (como le llaman algunos estudiantes), quién es el que vende y hacer ahí mismo la transacción.
"Esto es algo de todo el día, todos los días. A veces ni es necesario preguntar por los grupos (de WhatsApp), tú vas al baño y ahí encuentras (...) el Cripy (marihuana más concentrada) es mucho más fácil de conseguir que la natural y mucho más barata", comentó una alumna de tercero medio de un liceo ubicado en el sector centro de Antofagasta.
Normalización
El consumo de marihuana u otras drogas no es un tema tabú para los jóvenes . Ver a un compañero "volado" en la sala de clases ya no es sinónimo de asombro para sus compañeros, al contrario, es algo que, por los comentarios de los jóvenes entrevistados en esta nota, se está normalizando.
"Me ha tocado ver a compañeros volados en clases, pasados a Cripy... a mí no me molesta, la verdad es que eso es cosa de cada uno. Cada quien elige sus vicios, aunque pienso que es mucho mejor la marihuana natural, ya que por lo menos a mí me sirve para concentrarme... con el Cripy uno queda más pegado", aclaró la misma estudiante, mostrando la naturalidad con que han entrado las drogas a los recintos educativos.
Karen Gallardo, psicopedagoga de un liceo de la CMDS, relató que pese al esfuerzo que el colegio hace por evitar esta problemática al interior de sus dependencias, el entorno del mismo es el factor determinante a la hora de incentivar el consumo en sus alumnos.
"El liceo se encuentra ubicado en una zona vulnerable y eso repercute en el consumo por parte de los estudiantes, debido a la gran cantidad de tráfico que existe (...) es el tema de la fácil accesibilidad que tienen los chiquillos en la compra, lo que permite este fenómeno, específicamente de Cripy, que es boom de lo que se está fumando ahora", precisó.
Agregó que "tenemos casos específicos donde ya pasa del consumo chistoso respecto de la marihuana, ya es un tema de drogas más fuertes, donde se están combinando drogas más duras, como la marihuana y la pasta base, y eso repercute directamente en el estado anímico de los niños, en su comportamiento y sus emociones".
El problema, eso sí, según los testimonios de los alumnos entregados a este medio, trasciende la ubicación o el tipo de colegio. De hecho, estudiantes de un colegio particular subvencionado de la zona céntrica sostuvieron que aunque no se venden drogas dentro del mismo recinto, si es común que se junten a fumar marihuana en Parque Brasil casi a diario.
Protocolo
Para el coordinador del Área de Apoyo a la Formación Integral de Estudiantes, Alejandro Rojo, la situación descrita es algo que continuamente "preocupa y ocupa" a la CMDS.
"Vemos con mucha preocupación este fenómeno. Pese a que algunos puedan decir que hoy el consumo de este tipo de drogas o alucinógenos, es algo que es normal, nosotros como Corporación, como entidad educativa, no podemos tolerarlo. Tenemos que llevar a nuestros estudiantes a la vida sana", precisó.
"Y para eso -acotó Rojo-, tenemos un protocolo de convivencia, donde lo primero que debe hacer el funcionario que detecte esta situación, es conversar con el Departamento de Orientación, que sostendrá una entrevista con el estudiante (...) en el caso que el alumno no reconozca el problema del consumo, se le informará a su apoderado para que éste lo derive a una unidad de apoyo particular y exterior al establecimiento", comentó.
En el caso de que el alumno reconozca su problema, el colegio igualmente informará a sus tutores legales. Aquí será el orientador del establecimiento quien realice las gestiones para la derivación del estudiante a programas externos de prevención o rehabilitación del consumo de drogas.
"Si el apoderado se opone a esta derivación, debe ser responsable de que el estudiante tenga una atención psicosocial antes de 15 días, si no lo hace y el alumno es menor de edad, el establecimiento interpondrá una medida de protección ante las autoridades", explicó el profesional.
Contexto
Para el sicólogo Cristián Astudillo, el observar y entender el contexto en el que se lleva a cabo el consumo (en el caso de un niño o un estudiante), es el primer paso a realizar en el camino de la rehabilitación.
"Es importante observar el contexto en el que el consumo se llevó a cabo. No todos consumen por las mismas razones; no es comparable la realidad de un niño que consume y que vive en un campamento o en un barrio vulnerable, a la de un niño que no conoce esa vulnerabilidad. Si no consideramos el contexto, es casi imposible realizar una intervención exitosa", precisó.
Acotó que "es importante entender que ese contexto afecta directamente al niño o al adolescente, quien probablemente no tenga las mismas herramientas para decir que no, en el caso de que se le invite por primera vez, porque lo ve como algo tan común, que es difícil negarse. Si todo el mundo en su entorno consume o él ve que dentro de su entorno hay consumo, para él el consumir será parte de su realidad".
Para la sicóloga Alessanda Burotto, el consumo de drogas a temprana edad, independiente de si es con fines experimentales, siempre supondrá un riesgo.
"Se considera de riesgo si un chico se encuentra en consumo, aún cuando sea experimental, ya que pueden encontrarse factores de riesgo como pares de consumo, exceso de tiempo de ocio, o de patologías (depresión por ejemplo). También dependerá del patrón de consumo, su frecuencia y el deterioro que este se encuentre causando al adolescente", comentó.
"Para mí esto es normal, lo veo todos los días. Yo consumo y veo como otros compañeros también lo hacen. En mi caso, creo que ha sido bueno ya que la marihuana me ayuda a concentrarme".
Johanna, Alumna 3° medio"
"Yo estudié acá y siempre ha sido igual. Antes se veían los clonazepam, los cuales se mezclaban con alcohol. Ahora no sé qué pastillas estarán trayendo, pero la marihuana ha sido siempre".
Ricardo, Exalumno"
"Yo no fumo, acá no se ve tanto eso, pero sí me he encontrado con amigos pasados a marihuana en clases. En el colegio no te permiten eso, nunca, pero sí se ve a la salida ya que fuman en la avenida Brasil".
Jonathan, Alumno 1° medio"
"He consumido Cripy. Personalmente no me gusta, siento que te deja muy pegado, pero entiendo que hay compañeros a los que les gusta sentirse de esa forma. Prefiero lo natural".
Dayanne, Alumna 3° medio"
"Me quedo con el Cripy, porque es más barato y uno siempre anda economizando. Además, la weed es más cara y más difícil de encontrar. Eso sí, no estoy de acuerdo con que la legalicen... por los niños".
Juan Carlos, Alumno 3° medio"
"Para mí el consumo de marihuana está mal, porque contaminas tu cuerpo... he visto a algunos compañeros fumar, pero no por eso yo lo voy a hacer. Cada uno con sus cosas".
Frank, Alumno 1° medio"
21% de los jóvenes según la Encuesta Nacional de Población Escolar (2017), dentro de la Región de Antofagasta, considera que usar marihuana de forma frecuente, es algo riesgoso.
3.000 pesos (o $3.500), cuesta un gramo de marihuana Cripy al interior de alguno de los liceos de la CMDS. Esto según las declaraciones de los mismos estudiantes.
33% de los jóvenes entre 10 y 12 años, según la Encuesta Nacional de Población Escolar (2017), dentro de la Región de Antofagasta, ha declarado haber consumido marihuana.