"Esta medalla es para poner un broche de oro a mi carrera"
El antofagastino Víctor Collao (44), está viviendo el mejor momento de su carrera como representante del karate kyokushin, luego de 36 años practicándola. Hace unos días en Rusia, logró el campeonato mundial en la categoría 41-45 años, -80 kilos.
En Moscú, y a más de 13.269 kilómetros de la capital regional, Collao fue parte de los mejores exponentes de los 30 países participantes. A este certamen deportivo, el local llegaba como el soberano de América, por ende uno de los fuertes de la competencia internacional.
Copa del mundo
Me imagino que es gratificante ganar un Mundial y ser además el primer chileno en hacerlo...
-Lograr ganar una final en una copa del mundo y compitiendo en Rusia, país que es potencia del kyokushin karate, obviamente que es mucho más significativo. La experiencia es muy satisfactoria, ya que por primera vez pudimos escuchar nuestro himno nacional, donde los chicos cantaron con el alma.
Haber ganado el mundial es cumplir el sueño máximo de un deportista en esta disciplina, porque uno entrena duro y se esfuerza para llegar algún día a lo alto de este deporte. He estado en torneos nacional, europeos y Copa América, pero no hay ningún certamen que supera a una copa del mundo.
¿Competidores muy complicados?
-En Rusia nada fue fácil. En la primera ronda pasé libre y en la segunda fase me tocó con un peleador de Kuwait, al que le gané en menos de un minuto por nocaut. Ya en semifinales me tocó medir fuerzas con un ruso y fue el combate más difícil, derrotándolo por decisión de los jueces.
Por último, en la final me enfrenté a un campeón ruso, deportista muy bueno y que había llegado haciendo excelentes combates. Sorpresivamente le gané por nocaut, aplicando una patada de medio giro con salto en las costillas.
¿Pese a estar muy lejos de Chile, sintió la soledad y el poco apoyo?
-Todo lo contrario. En todo momento sentí el apoyo de mis alumnos. Además viví una situación especial, porque el torneo se realizó a tres tatami, entonces en un momento cuando me tocó disputar la final, mi alumno y coach cuando estoy en combate, Jonathan Lagarrigue, también estaba compitiendo.
A raíz de ello y como estaba mi hija, le iba a pedir que me fuera viendo los tiempos del combate. Pero en aquella ocasión se encontraba un muy buen amigo y sensei de España, quien terminó dirigiéndome, haciendo un muy buen trabajo y siguiendo todas sus instrucciones.
Preparación
¿De qué forma se preparó para afrontar un desafío tan importante como un Mundial?
-La preparación fue muy bien planificada, porque tuve tres torneo previos a la Copa del Mundo. Uno fue en Brasil, donde salí campeón, luego en La Serena y finalmente la Copa América en Colombia, certamen en que logré el primer lugar.
Sabíamos que el Mundial era un desafío muy grande y palabras mayores, pero tampoco lo tomamos como imposible. Tenía entrenamientos tres veces al día, esto quiere decir mañana, tarde y noche.
Tengo entendido además que tuvo que realizar otro tipo de esfuerzos...
-Todo esto también me significó bajar de peso. Tenía que perder ocho kilos y por ahí gente me dijo que iba a ser imposible por la edad que tengo, aún así acepté el desafío, porque tenía dos posibilidad para competir en Rusia, hacerlo en menos o más de 80 kilos.
Finalmente lo hice en la categoría de 41 a 45 años, -80 kilos, esto más que nada porque sabíamos que el prototipo del europeo es de personas muy grandes y fuertes. Si lo hacía en otra modalidad podríamos haber dado mucha ventaja.
¿Cree que está en el mejor momento de su carrera?
-En estos momentos me siento con una madurez deportiva muy importante, con mucha experiencia. En Rusia quería verme seguro, tranquilo y con la capacidad de definir los combates en el instante oportuno, y así se dio.
Esta medalla es para poner un broche de oro a mi carrera y creo que es la más importante para mí, Chile y la región.
Mundo del karate
¿Desde muy pequeño inserto en el mundo del karate?
-Entreno desde muy pequeño, de los ocho años, pero a los 13 años comencé a competir. Mi experiencia más significativa fue el 2004, cuando salí campeón nacional de karate kyokushin y tuve la posibilidad de ir a mi primer Mundial a Shizuoka en Japón, donde logré una buena participación.
Además desde muy joven decidí ser instructor. Tengo la labor de preparar a los chicos, de los cuales hoy varios están figurando a nivel nacional e internacional, además debo entrenarme y no descuidarme. Todo esto lo he asumido.
¿En estos momentos está dedicado totalmente a la disciplina?
-Me dedico 100% a la disciplina. Tengo una academia de karate, hago clases en el Colegio San Luis y tengo un gimnasio en el sector norte. No tengo un trabajo que sea distinto al deporte.
"Haber ganado es cumplir el sueño máximo de un deportista porque uno entrena duro y se esfuerza para llegar algún día a lo alto".
"Sabíamos que el Mundial era un desafío muy grande y palabras mayores, pero tampoco lo tomamos como imposible".
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