El día a día de las manifestaciones sociales que impactaron a Chile
ANÁLISIS. Dos semanas han pasado desde que comenzó una de las olas de protestas más potentes de la historia nacional, una que hizo de la inequidad su bandera y que, según expertos, cambió al país.
El viernes 18 de octubre, la imagen de varias estaciones del Metro incendiadas, lo mismo que una escalera externa de la torre Enel en Santiago, advertía que algo inusual estaba ocurriendo en Santiago.
Las protestas por el alza de 30 pesos en la tarifa del Metro, que se habían iniciado el 14 en la capital, habían escalado y abierto la puerta a una movilización social como no se había visto en la historia reciente.
¿Qué sucedió? El historiador José Antonio González cree que el detonador, más que el alza del Metro, fue la avaricia que existe en el país y que afecta por igual a todos los chilenos.
"Una cosa es la ambición y otra es la avaricia, y acá lo que ha existido es una avaricia que terminó cansando a los ciudadanos, porque se suma a otras cosas similares y produce este reventón", sostiene.
González añade que el chileno que ha salido a las calles es mayoritariamente de clase media emergente, que teme a la precarización de su estatus por culpa de este comportamiento de las empresas y la falta de protección de parte del Estado.
Y respecto de su futuro, sostiene que el movimiento es una "advertencia" al modelo político y económico, que si no se toma en cuenta, puede conducir a expresiones aún mayores.
Simón Perretta, director ejecutivo de Líbero Consultores, piensa que los cambios en la sociedad son notables.
"La sociedad chilena mostró hasta estos días una enorme capacidad para aguantar, cerrar la boca y apretar los dientes, pero creo que eso ya no va más. La profundidad democrática, las redes sociales y el desencanto con su vida diaria han despertado a la sociedad en cada una de sus capas y veo que ya nada volverá a ser como antes", dice.
Según el periodista, esto implica más horizontalidad en las relaciones, transparencia, oportunidades, etc. "Estoy convencido de que todo esto hará madurar a nuestra sociedad, y para bien", asegura.
Sin embargo, a Perretta le preocupa la capacidad de la clase política para administrar institucionalmente el escenario.
Explica que buena parte interpreta lo que ha pasado en la lógica del Sí y del No. Pero en definitiva, el tema va más allá. "La sociedad chilena ha 'cambiado de piel' y dejó de ser mansa", sostiene.
A continuación el día a día de las intensas dos semanas que cambiaron a nuestro país.