Maturana piensa el día a día de las comunidades
En "Historia de nuestro vivir cotidiano" el premio nacional de Ciencias reflexiona sobre el dolor humano, el bienestar y la conducta ética espontánea.P.3
Patti Smith: aterriza en Chile la madrina del Punk
En medio de la crisis social viene a Chile -este lunes 18- la poeta y rockera que se codeó con Bob Dylan y Allen Ginsberg en el Nueva York de los 70. Leerá poesía y cantará con su banda.
Invitada constante a diversos eventos literarios, Patti Smith puede presentarse tanto en la fundación Hesse en Suiza, como en la de Virginia Woolf, en Inglaterra, y la de García Lorca, en España. La "poeta detective", porque así se ha definido, estará este lunes (11:30 horas) en la UDP invitada por la Cátedra Abierta Roberto Bolaño. Cerca del mediodía llegará a la universidad para hablar ante más de 400 personas. Esa misma noche (21 horas) tocará en el Caupolicán con su banda.
Si uno quiere sumergirse en el universo de esta rockstar, que además es madre y abuela, puede empezar por sus libros de memorias. El primero de ellos ganó el National Book Award: "Éramos unos niños" (2010).
Este melancólico título cobija sus recuerdos neoyorkinos y veinteañeros y su amistad-amor con Robert Mapplethorpe. Como ella, él también era un buscavidas en la gran ciudad, uno que llegaría a ser un destacado y provocador fotógrafo.
Ella cuenta que nació en 1946, un día de intensa nevazón en Chicago. Luego sobrevuela su niñez y llega a 1967 cuando se muda a Nueva York con lo puesto. Esos primeros días en la metrópoli la deslumbran como a un ratón campesino. La ciudad la flecha y empieza a trabajar en librerías, aprovechando que también es un ratón de biblioteca.
Se junta con su hermana y viajan a París. Patti ama a Rimbaud desde que era una adolescente y compró uno de sus libros solo porque no pudo resistir la belleza del rostro del escritor en la portada.
Su primera lectura poética la hizo en 1971, en la iglesia St. Mark de Nueva York. La acompañó en guitarra Lenny Kaye, quien sigue presentándose junto a ella. En esa ocasión cantó "Piss factory", donde recuerda el miserable empleo que tuvo a los 16 años y lo entrampada que estaba. Esa canción y una versión de "Hey Joe" de Jimi Hendrix, son las primeras grabaciones que realiza, producidas por John Cale en los estudios Electric Lady. Así de azarosa fue su llegada a la música, lugar desde el que liberó su pluma desafiante.
Amiga de William Burroughs, Allen Ginsberg, Sam Shepard y Bob Dylan, Smith fue una habitante más del bohemio Chelsea Hotel. El club CBGB, Andy Warhol y Lou Reed son también protagonistas de estos días que acaban para ella en 1979, cuando decide criar a sus dos hijos en Detroit junto a su esposo y guitarrista, Fred "Sonic" Smith. El paréntesis dura hasta 1988 cuando regresa a los escenarios con el disco "Dream of life", que incluye su clásico "People have the power" un himno que escribió mientras lavaba los platos en casa.
M Train
Seis años después llegó el segundo tomo de sus memorias, "M Train". Alude a ese tren mental en el que se monta para crear. El libro está dedicado al dramaturgo y actor Sam Shepard, a quien incluye como un sardónico cowboy que la interpela desde el sueño. Los cafés y su atmósfera cotidiana se toman este volumen amable, por ejemplo, el de su barrio en Grennwich Village, donde cumple a diario el rito de mirar la vida mientras toma un café y come un sobrio pan negro untado en aceite oliva.
Patti siente las tormentas que se avecinan en sus huesos y suele olvidar objetos en sus viajes: cámaras, maletas y libros. Fanática de las series de detectives, acostumbra a quedarse dormida sin desvestirse. Bol tras bol de sopa de alubias, religiosamente parte el día alimentando a sus tres gatos y recuerda al amor de su vida, al padre de sus hijos que ya no está. Cuenta que él, cuando sonaba la canción "What a wonderful world", le decía: "Trisha, es tu canción" y ella, a quien ni siquiera le gustaba Louis Armstrong, decidió cantarla a capella en su funeral.
Es 2012 y Patti tiene 66 años, una edad que muchos de sus amigos no alcanzaron. "Me fijé en que los hilos de mis vaqueros se tensaban sobre mis protuberantes rodillas: sigo siendo la misma persona pensé, con mis defectos intactos, las mismas rodillas huesudas, gracias a Dios. Temblando, me levanté; era hora de recogerse. Sonaba el teléfono, un viejo amigo que llamaba desde algún lugar lejano para felicitarme por mi cumpleaños. Al despedirme me di cuenta de que echaba de menos una faceta de mí misma, la faceta febril e impía. Ha huido, eso es seguro. Antes de acostarme saqué una carta de mi baraja de tarot: el as de espadas, fuerza mental y fortaleza. Bien. No la devolví a la baraja sino que la dejé boca arriba en mi mesa para verla cuando me despertara por la mañana".
Y están las polaroids que toma: el vestido y las muletas de Frida Kalho, la máquina de escribir de Hesse, la silla que usaba Bolaño en Blanes, la mesa de ajedrez de Bobby Fisher.
El tercer volumen de sus memorias, "The year of the monkey", fue publicado en septiembre pasado. Abarca un viaje por muchos lugares, que la lleva al desierto de Arizona y termina en la granja de caballos de su entrañable y moribundo amigo Sam Shepard.
"Hojas negras" es una canción-poema que Patti Smith le dedicó a Roberto Bolaño.
Por Amelia Carvallo A.
Motejada incansablemente como la madrina del punk neoyorkino, Patti Smith ha dicho que lo que le sale más natural es escribir. Un oficio que ha cincelado con poesía y una trilogía de memorias, dos de ellas ya traducidas al español.
monica molina
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