Excelente señal
Las medidas anunciadas por Amsa y BHP tienen un punto importante en el asunto económico, pero mucho más en la voluntad de escuchar los dolores de los compatriotas. Uno de los grandes méritos de las movilizaciones ha sido gestar un cambio cultural que está en pleno desarrollo. Estas acciones deben ser un aliciente para reafirmar la importancia del diálogo.
Esta semana, Antofagasta Minerals y BHP, operadores en la zona de las faenas mineras Centinela, Zaldívar, Antucoya, Escondida y Spence, confirmaron una serie de medidas de apoyo a la región, en el contexto de la crisis social que vive el país.
Se trata especialmente de beneficios para trabajadores, pequeñas y medianas empresas de la zona, el comercio antofagastino y la educación; excelentes noticias para la zona, en un momento en que abundan las noticias más sombrías.
La que más ha llamado la atención es la disposición de un salario mínimo/ético de $500.000 brutos a contratistas y subcontratistas que estén vinculados a las operaciones de Amsa y BHP. Se trata de miles de trabajadores que serán beneficiados, lo que será a costo de las mandantes.
Una señal concreta y necesaria en medio del estallido social, donde se ha puesto en relevancia la demanda por mayor equidad.
En la minería los salarios son objetivamente muy superiores, pero muchas actividades prestadoras de servicios no tienen los mismos indicadores, de modo que la decisión de la industria por subsidiar ese incremento está en la línea correcta de lo que necesita el país: empatizar y unirse más, ayudando a quienes están más atrás.
Otro anuncio relevante es la decisión del "brazo minero" del grupo Luksic de instalar el Centro Integrado de Operaciones para Minera Centinela en Antofagasta, a pesar de que era "más eficiente/rentable" llevarlo a Santiago. La iniciativa todavía está en etapa de estudio y comprende una inversión de US$30 a US$35 millones. Uno de los detalles más relevantes es que considera unas 350 personas para la operación del centro.
La decisión habla de la mayor sensibilidad que se ha ido apoderando de la industria en su relación con nuestra tierra.
Es evidente que Chile cambió a partir del viernes 18 de octubre; en realidad lo venía haciendo hace mucho rato, pero esa jornada es la que marcó un punto de inflexión. Entonces debe enfatizarse que el país requiere una nueva forma de relacionarse y observarse entre sí, de generar sueños y dar ciertas certezas de que los esfuerzos y posibilidades estarán más abiertas para todos.
Crear comunidad es aquello y los esfuerzos que apunten en ese objetivo deben multiplicarse.