Agencias
El papa Francisco promulgó dos leyes que eliminan el secreto pontificio cuando se trate de abusos sexuales, lo que apunta a facilitar la investigación sobre pederastia cuando esta es cometida por el clero.
Esta medida era una de las más exigidas a la Iglesia Católica por las asociaciones de víctimas de pederastia y de la que más se habló en la cumbre sobre la protección de menores que se celebró en febrero.
Dos leyes
En la primera de las dos leyes promulgadas, el Papa levanta el secreto pontificio en el caso de los procesos y las decisiones relativas a los delitos "de violencia y de actos sexuales cometidos bajo amenaza o abuso de autoridad, casos de abuso de menores y de personas vulnerables, casos de pornografía infantil, casos de no denuncia y encubrimiento de los abusadores por parte de los obispos y superiores generales de los institutos religiosos".
La segunda medida endurece las normas sobre los casos de pederastia de manera que sea delito "la adquisición, posesión o divulgación, con un fin libidinoso, de imágenes pornográficas de menores de 18 años por parte de un clérigo", y no solo de menores de 14 años, como hasta ahora.
Pero, además, en la nueva instrucción "sobre la confidencialidad de las causas", se establece claramente que "no puede imponerse ningún vínculo de silencio con respecto a los hechos encausados ni al denunciante, ni a la persona que afirma haber sido perjudicada, ni a los testigos".
En otro artículo, se permite que en los casos relativos a estos delitos más graves, el papel de "abogado y procurador" pueda ser desempeñado también por fieles laicos con un doctorado en Derecho Canónico, y no solo por sacerdotes.
Esto significa que las denuncias, testimonios y documentos procesales relativos a los casos de abusos conservados en los archivos de los Dicasterios Vaticanos, así como aquellos que se encuentran en los archivos de las diócesis, y que hasta ahora estaban sujetos al secreto pontificio, podrán ser entregados a las autoridades civiles (jueces, fiscales) de los respectivos países que los soliciten. Las nuevas normativas no afectan al secreto de confesión, que se mantiene, y también se subraya que será necesario proteger siempre la privacidad tanto de las víctimas como de los testigos.
"Esta decisión es histórica en el contexto de la institucionalidad jurídica del secreto pontificio y llega en el momento justo", dijo uno de los máximos expertos en la lucha contra la pederastia, el arzobispo maltés Charles Scicluna.
Para Scicluna, secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, antes "la víctima no tenía la oportunidad de conocer la sentencia que siguió a su denuncia, porque existía el secreto pontificio. También otras comunicaciones eran obstaculizadas, pues el secreto pontificio es un secreto del más alto nivel en el sistema de confidencialidad del Derecho Canónico".
Positivas reacciones desde Chile
"Recibimos con mucha satisfacción la noticia (...) Esperamos que con esta decisión del Papa podamos acceder de manera ágil, rápida y oportuna a información y antecedentes que son relevantes para poder concluir las investigaciones en curso", dijo el director de la Unidad de Cooperación Internacional y Extradición del Ministerio Público chileno, Antonio Segovia. Una de las víctimas del sacerdote chileno Fernando Karadima, Juan Carlos Cruz, denunciante de Karadima, valoró como un gesto "importante en la transparencia y en la justicia para las víctimas" la decisión del papa Francisco.