Resolución del TC por fondos de AFP
La contundencia de lo resuelto confirma que los aplican las leyes -la arquitectura legal resuelto por el país- lo que no implica que la sociedad no deba debatir el sistema. Las AFP pueden mejorar, claro que sí, las pensiones son bajas, claro que sí, pero aquello no es producto de la mala voluntad de unos pocos, no es el resultado de un complot, sino la consecuencia de la realidad laboral.
El Tribunal Constitucional rechazó, por unanimidad, los dos recursos que solicitaban el retiro de los ahorros previsionales administrados por las AFP, entre ellos el caso de la profesora antofagastina María Ojeda.
El asunto fue zanjado de manera unánime al exponerse que la función central de la propiedad de los fondos es para las pensiones y no para otros fines, como lo estimaban los demandantes que recurrieron a las cortes de Apelaciones de Antofagasta y Punta Arenas, las que intermediaron consultas al TC.
El asunto había traído una enorme discusión, mucho más en el contexto político actual, por lo que había una expectativa respecto a lo que se resolviera y en qué términos.
Pero no hay sorpresa, toda vez que la Justicia -incluyendo a este alto Tribunal- solo ejecutan interpretando la ley y en este ámbito, el marco es claro: los fondos son administrados por las AFP, de propiedad del ahorrante, pero evidentemente están construidos con un fin específico: construir la pensión para la vejez.
Esto no es una cuenta de ahorro que el usuario pueda disponer ante una emergencia, o para cumplir sus deseos contingentes. Porque debe decirse que si así fuera, es decir, si cada ahorrante decidiera disponer libremente de sus fondos, las posibilidades de malgastar los recursos serían altísimas.
Y aquello es -cómo no- una decisión política, una de las tantas arquitecturas que modelan la sociedad. No se trata de la "verdad", se trata, en este caso y en cualquier otro ordenado por la ley, de lo que se estima que es mejor para el bien común.
En esa perspectiva, es obvio de que existe un problema con las bajas pensiones, materia que debiera ser abordada a la brevedad por el gobierno y las fuerzas políticas, a fin de mejorar el rendimiento del sistema que puede mejorar mucho más.
Pero el asunto debe verse con realidad: el eslogan de "No más AFP" no sirve para solucionar un problema que tiene mucha más profundidad. Se trata de una discusión política, con impacto desde y en lo económico, pero político. Y, como tal, no pueden soslayarse ni sus efectos ni motivaciones.