Navidad
La mujer siente los dolores, pero sigue. El camino ha sido largo, tedioso, peligroso, agobiante. El hombre la mira con ternura. Luego deposita sus manos ásperas de carpintero en su abultado vientre. Los inunda una oleada de olores de animales domésticos, de tierra y de abono en el establo.
En medio de la soledad y el silencio, un grito rompe la jornada. El Niño ha nacido. Si alguien leyera sus líneas, podría ver que vivirá solamente 33 años, los suficientes para cambiar la historia de toda la Humanidad.
En la humildad del pesebre, la chiquilla que apenas supera la adolescencia, de nombre María, se recuesta y cierra los ojos, intuyendo que ha parido a un ser especial y el hombre, de nombre José, se arrodilla para agradecer el milagro.
La historia puede resultar conocida. Pero en su infinito misterio, en su trascendencia y en su simbología, todavía es estudiada con cuidado. Hay sucesos que rodean a este hecho, hay una cantidad impresionante de elementos que se escapan del conocimiento de los mortales simples y corrientes que, cada año, depositan una réplica de ese niño en un pesebre humilde sin siquiera atisbar lo que se está conmemorando.
Un clamor generalizado cunde por el mundo. Hay dolor, hay pestes, enfermedades y guerras. Hay una campaña silenciosa que se va introduciendo en las venas de la Humanidad, ahogando la sabiduría del mensaje puro que cada Natividad nos recuerda: es en la humildad donde habremos de reconocernos. A esa humildad hemos de volver algún día. Entre medio, la vida misma.
Hagamos silencio esta noche para dejar que el mensaje divino se propague.
Que el verdadero espíritu de Navidad sea nuestro regalo. Hoy, ahora, siempre.
El resto -la cantidad de regalos, el consumismo desaforado, la ansiedad de tener y de lucir lo que se tiene- es meramente un detalle que no empaña ni empañará jamás el espíritu de esta fiesta humilde.
La mujer casi niña, el hombre de manos curtidas y el bebé nacido en el pesebre se acurrucan y esperan que la estrella guíe a los Magos de Oriente con sus ofrendas. El resto es el sueño.
Víctor Bórquez Núñez, periodista, escritor