Desafíos 2020
"Se ha hecho más evidente la necesidad de brindar a la Defensoría de igualdad de condiciones con los demás intervinientes". Loreto Flores Tapia, Defensora regional Antofagasta
Iniciado un nuevo año, siempre es importante analizar lo desarrollado por nuestra institución y al mismo tiempo plantearse nuevos desafíos, destinados a cumplir con el objetivo trazado en nuestra misión institucional, cual es ser un servicio de excelencia y entregar así la mejor prestación posible para aquella porción de la sociedad que se constituye como la más vulnerable de nuestra sociedad.
Desde ya recordar que la Defensoría Penal Pública, junto al Fondo Nacional de Salud y el Instituto Nacional de Propiedad Industrial, fue merecedora del Premio Anual por Excelencia Institucional 2019. Por segunda vez, se nos ha reconocido por los altos estándares de servicio, el cual se cumple con gran esmero, especialmente en los criterios de Eficiencia y Productividad, Calidad de Servicio y Gestión de Personas.
Por otra parte, la compleja situación que vive el país hace más de 80 días, nos llevó a plantearnos nuevos desafíos. La labor de la defensa debió extenderse, para brindar asesoría y acompañamiento a todas las personas detenidas en este nuevo contexto social, entendiendo lo importante que es para un estado de derecho, que exista la debida protección judicial, en horas tempranas de la detención.
Se establecieron así turnos en las comisarías, para poder constatar tempranamente las condiciones de detención, y ejercer todas las acciones que surgieran caso a caso. Al mismo tiempo entregar información a los familiares, quienes en muchos casos enfrentaban por primera la vez la detención de un familiar. Más de tres mil personas se han atendido ya en la región desde el 19 de octubre y cada día los defensores y defensoras se han constituido como garantes de un sistema de justicia penal moderno.
Desde dicha mirada la Defensoría Penal Pública es una institución que se caracteriza por propender a la autonomía en su propia estructura y ahora parece hacerse aún más necesario avanzar hacia una revisión de la norma que da vida a la institución. En medio de la contingencia se ha hecho más evidente la necesidad de brindar a la Defensoría de igualdad de condiciones con los demás intervinientes del sistema procesal penal, lo cual permitiría fortalecer su labor. La independencia técnica, que ha ido consolidando nuestro servicio, unido a los altos estándares de eficiencia, nos permiten abordar este desafío, buscando constituirnos con un servicio que garantiza estándares internacionales en materia de resguardo de derechos, desde la detención de una persona y hasta la completa ejecución de una sentencia penal.
Entendiéndose que las autoridades gubernamentales y congresales no deben actuar de manera reactiva, sino que siempre deben prever eventuales crisis institucionales o políticas que pretendan desconocer los cimientos del Derecho Penal y Procesal Penal, la autonomía para nuestro servicio se erige como la acertada medida resolutiva para que cada una de las instituciones que interviene en el proceso penal cumplan adecuadamente sus fines y funciones.
En este sentido, es importante enfatizar que sólo así se podrá ejercer la respectiva función de nuestra institución, que es proporcionar defensa penal de calidad a los imputados que carezcan de abogado, función que por estos días resulta de vital importancia, para propender a la paz social.