Las mirada de los niños sobre las protestas
Mayi Eloísa Martínez emigró desde Venezuela a Chile. Acá escribió la historia de unos niños que vivieron las manifestaciones en Caracas mientras su padre veía TV. Con "Piso 11" ganó el Premio Barco a Vapor.
Noches sin dormir, hambre, encierro y el sonido del televisor es la atmósfera del libro "Apartamento 11", una historia de cómo el preadolescente Mati y su hermana, la preescolar Alejandra, son dejados por su madre bajo el cuidado del padre, que sólo tiene ojos para las noticias de Caracas durante una de las tantas protestas vividas en ese país.
Con este relato, Mayi Eloísa Martínez -Caracas, 1993 -ganó el premio Barco de Vapor de Fundación SM. "Es 60% biográfico. Los personajes son bastante parecidos a mi hermano, a mí y a mis padres. Y la situación es similar, pero no pasó exactamente eso ni jugamos a lo que juegan los niños, eso es ficción", afirma ella.
El clima de la novela "Apartamento 11", asegura Martínez, "es bastante parecido a lo que está pasando en Chile, pero está inspirado en lo que tuve que vivir en 2002 y en 2014, antes de venirme a Chile: las calles estaban así, con militares".
"En la noche miramos la televisión todos juntos. En la pantalla vimos que había muchas personas en la calle frente a un edificio verde y que cargaban carteles y gritaban. De repente llegó un camión y les empezó a echar agua y todos corrieron. Cuando vio eso, Alejandra (la protagonista) dijo: 'Yo quiero ir, se ve divertido'. Entonces mamá dijo que los niños no debíamos ver eso", se lee en el texto.
SM recomienda este título para niños mayores de nueve años. La misma autora se inspiró en ellos: "Trabajo como niñera y hace poco cuidé a dos pequeños. El más chico jugaba a que estaba grafiteando en la calle y venían los carabineros. No estaba pensando en él cuando escribía el personaje, pero pensé: los niños mientras más chiquitos lo pueden ver así, llevar la situación al lado más divertido, como una forma de escape".
Vaya a jugar
Mati, la voz que cuenta la historia, dice en uno de los primeros capítulos que "le preguntamos si estábamos en una guerra. Mamá nos respondió que todo iba a pasar y que este era un momento histórico", sin embargo, cuando las cosas se complican y la madre, una periodista que debe cumplir su deber en un diario, no vuelve a la casa, el protagonista recuerda con tedio el clásico "lo entenderás cuando grande". Ante ello, la escritora afirma que los adultos "no suelen creer que los niños no están escuchando, pero lo están haciendo y entendiendo todo. A su manera. Y si no les dices qué está pasando, pueden inferirlo. En el libro, por ejemplo, piensan si se tratará de una guerra, o zombies que vienen".
Y, cuando el tema se pone más peliagudo, los padres de la novela mandan a los niños a jugar, aunque "eso es completamente real", reconoce Mayi, "hasta ahora lo escucho y es como usar algo que te gusta en tu contra: te están mandando a jugar, te encanta jugar, pero es para que no escuches".
La escritora, antes de migrar a Chile, cursó la mitad de la carrera de Psicología en la Universidad Central de Venezuela (UCV), motivo por el que recomienda "mejor conversar con los niños" ante los problemas. "En todas las edades hay formas de conversar sobre lo que está pasando en general. No solo en lo político. Por ejemplo, los papás de 'Apartamento 11' tenían problemas -más allá del país- entre ellos, pero no se hablaba mucho. Él pasa todo el relato mirando noticias", describe Mayi.
Al llegar a Santiago, Mayi Martínez comenzó a estudiar traducción, "empecé desde el principio esta carrera. Yo quería continuar Psicología, pero acá no era el mismo programa de estudios, me convalidaban una sola materia y además era muy caro, entonces empecé desde cero algo más barato". A ello se suma que en 2014 "no había migrado tanta gente" desde Caracas, "entonces fue dejar a mis amigos, dejar todo", cuenta.
Imaginación
Mati, en uno de los pasajes de la premiada novela infantil, cuenta que con su mejor amigo "pensamos mucho en el espacio, en irnos juntos a otro planeta u otra dimensión" ante la conmoción del país, un lugar donde haya "agua, luz y sin ruidos, en esa civilización nadie pelearía nunca y los problemas no serían más que cosas antiguas que ya no existen". La imaginación, de esta forma, es "la salida que tiene el narrador. Casi todos los juegos los planea cuando la hermana, que si bien es imaginativa y está 'feliz' con el asunto, no se escapa tanto de la realidad con los juegos", detalló la autora.
En el libro, la pequeña Alejandra dibuja "puros muertos con equis en los ojos y grandes manchas de pintura roja como sangre por todas partes. Los apilé y guardé en una carpeta. (…) Se enojó porque yo había movido sus cosas. Gritó: '¡Eres un violador de los Derechos Humanos!' y señaló sus autitos".
Mayi Eloísa Martínez, en cambio, colecciona piezas de Lego porque "se puede crear todo, eso es lo que me gusta hacer. En Venezuela no había y llegué acá y hay tiendas especializadas, entonces me fascinó para la 'Mayi niña' que fui tener un montón de legos. Siempre los quise como juguete, porque así puedo dar formar cualquier cosa", sonríe".
Mayi eloísa martínez ganó el XIV Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor de Chile.
Por Valeria Barahona
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