Confianza en la sociedad chilena
Así como el grueso de los compatriotas se manifiesta a favor de las demandas originales, "no más abusos" y "dignidad", el grueso rechaza la violencia e intransigencia. Ante las sombras que permanecen respecto del futuro, las esperanzas bien pueden cimentarse en el grueso de la sociedad nacional, no la minoría intransigente, egoísta y violenta que solo piensa en sí misma.
A pesar de las demasiadas ineptitudes del gobierno y las pequeñeces de parte de una oposición mezquina, más preocupada de no caer mal que de colaborar y hacer lo correcto, bien puede decirse que el grueso de la sociedad nacional es la que ha mostrado los mayores niveles de madurez desde esta crisis.
Sin brillar, sin salir a defender la democracia en riesgo o censurar la extrema violencia de unos pocos, la población ha sido fundamental en que el fenómeno en desarrollo no siga escalando, tal como lo quieren algunos sectores políticos.
Y es probablemente aquí donde hay que poner un gran acento y una luz de tranquilidad respecto del futuro. Si bien es cierto la sociedad salió a protestar masivamente contra los vicios acumulados a lo largo de los años, también debe decirse que el grueso de esa misma civilidad se fue alejando del movimiento (no de sus demandas) en tanto la violencia adquirió un protagonismo impensado.
Y es porque la modernidad nacional se ha hecho carne especialmente en las clases medias mayoritarias, que reconocen los avances y esperan modificaciones de aquello que funciona mal. No esperan refundaciones, sino correcciones y eso es lo que hacen los países exitosos.
Y esto parece algo no comprendido por autoridades de todo tipo, especialmente gobierno y Congreso.
Sin duda una tarea pendiente.
Hay algo que está a la mano, disponible para cualquiera: los evidentes avances nacionales, todos los cuales son hoy más positivos. Y en aquello las personas han resultado fundamentales, pues casi siempre han estado a la altura, con su trabajo, esfuerzo y convicciones que han hecho más grande al país. Vale la pena insistirlo: el chileno está conformado por mujeres y hombres de esfuerzo, características que demuestran en sus cotidianeidades o lidiando con todo tipo de tragedias.
Ante las sombras que permanecen respecto del futuro, las esperanzas bien pueden cimentarse en el grueso de la sociedad nacional, no la minoría intransigente, egoísta y violenta, sino en aquellos que perciben la gravedad y profundidad de todo lo que está en juego.