Berríos: "Son chiquillos que no tienen nada que perder, porque no tienen nada"
ENTREVISTA. Sacerdote analizó los hechos de violencia en Antofagasta.
El sacerdote jesuita Felipe Berríos habló sobre los episodios de violencia que persisten en Antofagasta, a más de tres meses del estallido social. En entrevista con Emol, Berríos analizó el fenómeno en la ciudad.
¿Se acabaron las marchas pacíficas en Antofagasta?
-Sí, la gente (pacífica) sale mucho menos. Habría que preguntarse qué gatilla esa rabia, se hacen daños a ellos mismos. Aquí en el sector donde yo vivo (La Chimba) ya nos quedamos sin posibilidad de supermercado, la sede, un banco y de lo que sea. Yo creo que la rabia es irracional y hay acumulada mucha rabia. Yo te digo, en los campamentos, prácticamente el Estado es ausente.
¿Qué cree usted que hay detrás de estas olas de violencia?
-Yo no estoy de acuerdo con esa violencia y la separo de las demandas justas que tiene la gente. Creo que se debe a que esta es una ciudad que tiene un ingreso per cápita entre 27 y 35 mil dólares, y sin embargo, hay sectores de la ciudad donde es como vivir en Bélgica y otros sectores que son como vivir en Bangladesh. Hay una desigualdad muy grande, y hay poca preocupación por los sectores más desposeídos.
Pero también hay desigualdad en otras zonas del país.
-Yo creo que se debe a estos grupos, yo incluso he conversado con algunos de ellos, son chiquillos que no tienen nada que perder y ahora tienen un motivo por el cual levantarse, tienen cierto heroísmo, y que no tienen nada. También yo creo que hay ciertos vínculos con el narcotráfico. Tenemos una población grande que tiene un sueldo muy bajo, entonces ha ido creciendo el microtráfico. Son mezclas, pero sobre todo es la ausencia de Estado en todas las poblaciones.
¿Hace falta una preocupación del Gobierno?
-Yo creo que hay un desgaste que uno hace años está viendo, las peleas entre la Municipalidad, la Intendencia, la Gobernación, y mientras ellos sigan criticándose unos a otros abandonan a la gente. Todos son autoridades y yo quisiera verlos más presentes en el mundo marginal. Para los chilenos, el norte termina en La Serena, ya desde ahí tenemos un abandono muy fuerte, que venga una autoridad nacional para acá es rarísimo.
Entonces, ¿las discusiones entre las autoridades han provocado que se entrampen acciones para contrarrestar la desigualdad? Obvio, si tú escuchas, siempre están echándose la culpa los unos a otros, yo nunca he visto una autoridad del municipio o de lo que sea, que diga: 'mira nos equivocamos y reunámonos para hacer algo mejor'. Siempre se están echando la culpa los unos a los otros.