Niksen: una nueva forma de descanso
"En la cultura holandesa se empieza a practicar, la idea de dejar pequeños tiempos para no hacer nada". Paulina Spaudo Valenzuela, Psicóloga y académica Facultad de Psicología USS
Seguramente cada uno de nosotros está esperando con ansias iniciar el tan anhelado periodo de descanso después de un año laboral sentido particularmente tenso y abrumador. El tiempo de disfrute se convierte en un sueño. Es probable que estemos planeando qué lugar o lugares visitar o a quién o quiénes invitar para compartir. Puede ser que desde ya estemos muy ocupados en pensar y planificar qué recursos requeriremos para lograr que nuestros tiempos de vacaciones tengan todo aquello que consideramos imprescindible, por ejemplo, guías de ruta, pasajes, revisión de auto, vestuario, alimentos, libros, juegos, tecnologías y un gran número de enseres que, según sabemos o nos han dicho, serán necesarios para proveernos en nuestras vacaciones de lo preciso para aumentar el sosiego tan esperado. Sin duda todo lo anterior implica nuevas planificaciones.
Nuestra cultura nos ha preparado para estar siempre pensando o planeando acciones, incluso en nuestros periodos de descanso, sí, incluso en nuestros días libres. La mayoría de nosotros estamos convencidos de que debemos estar o tener nuestra mente en constante acción, porque de lo contrario podemos estar haciendo algo incorrecto o seremos "mal vistos" trasladando esta idea incluso a nuestros tiempos libres, pero, qué pensaría usted si supiera que ya en la cultura holandesa se empieza a practicar, desde hace al menos un año, la idea de dejar pequeños tiempos para no hacer nada, sí, tal como lee, tiempos de 15 a 20 minutos destinados a no hacer literalmente nada. Los holandeses han acuñado el concepto de Niksen, que deriva del sustantivo niks ("nada") y que significa en su traducción literal: hacer nada, nada de nada. Ellos sostienen que, para sentir un real descanso mental, debemos disponernos a un tiempo para el ocio, un tiempo libre que no tenga ningún propósito ni finalidad, asegurando que esta práctica contribuye a equilibrar mente, cuerpo y espíritu, además de permitir cargar las energías y devolver una agradable sensación de sentirse a gusto consigo mismo.
Resulta complejo pensar que, en este mundo, donde la productividad es siempre bienvenida, pueda existir un espacio para los Niksen, dejando así detenidas tareas productivas o constantes planificaciones intercambiándolas por breves momentos de consciente desconexión, privilegiando por minutos sacar el foco de los resultados para privilegiar el descanso mental lo que traerá resultados a corto y largo plazo estimulando nuestra capacidad creadora.
Considerando entonces las últimas tendencias mundiales ligadas al real descanso, tenemos la oportunidad de realizar nuestras vacaciones como habitualmente lo hemos hecho o modificar nuestro esquema por acciones más sencillas como es la inclusión de tiempos Niksen. Lo sugerido es que debe ser por dos o tres semanas y ojalá no deben superar los 15 a 20 minutos cada día. Una práctica que felizmente podemos realizar en este periodo que se avecina y luego podemos mantener a lo largo de nuestras vidas contribuyendo con ello a nuestro bienestar mental y físico.