"Antofagasta me abrigó y luego me trató con furia"
ANTOFAGASTINIDAD. César Trabucco, una de las plumas más agudas de nuestra ciudad.
César Trabucco Swaneck, es una de las voces más interesantes del Norte Grande. Sociólogo de profesión, quienes lo conocen saben de su sentido del humor, ironía, gusto por la conversación y sus finos análisis.
Trabucco es heredero de una historia de migrantes, de Italia, Sudáfrica, pero con un profundo arraigo por el desierto.
Autor de "Grafeno, ensayo y error", son muchos los que están a la espera de su nuevo texto, una continuación de sus observaciones, a veces pesimistas.
"Un optimista inventó los aviones, pero un pesimista, los paracaídas", es una frase que recuerda continuamente para enfatizar que todas las miradas son necesarias.
¿Cuándo y dónde naciste?
- Nací en Santiago yendo de paso a Quitralco donde mi padre se instaló como colono.
¿Cuándo te enamoraste?
- El día 16 de junio de 1953 la primera vez que conocí el amor fue el año 1966 una vecina de la Gran Vía me robó el corazón y fuimos pololos por cuatro años.
¿Qué es lo mejor de ser padre y abuelo?
- Lo mejor de ser padre es la idea de contribuir con amor al desarrollo armonioso de un ser humano con todas las limitaciones que eso implica y de ser abuelo es amar desaprensivamente observando con detalle todo lo que te perdiste en el desarrollo de tu hija por exceso de aprensión.
¿Por qué te hiciste sociólogo?
- Me hice sociólogo como un intento de comprender una sociedad tan compleja y asfixiante que inhibe tus deseos de desarrollo y realización.
¿Qué significa para ti Antofagasta y qué sueñas para la ciudad?
- Antofagasta es para mí un entorno que me acogió y me abrigó en mis primeros años de la niñez luego me trató con furia y ahora estoy tratando de conciliar ambos extremos sueño que vuelva a ser un barrio grande y diverso donde volvamos a caminar y soñar con la inocencia que lo hicimos como cuando fuimos creciendo en un medio que confiaba en sí misma pese a toda la adversidad que la ha amenazado desde siempre.