Congelamiento de tarifas sanitarias
Una buena idea y el diálogo hacen posible acuerdos de este tipo y van en el sentido correcto, pues comprenden parte de las demandas ciudadanas. Se trata de uno de los reclamos más sentidos por la ciudadanía que percibe cierta indefensión y abandono por parte de las autoridades y las empresas. La confianza se recupera con acciones.
Esta semana trascendió que hay un acuerdo para congelar las tarifas de servicios sanitarios, logro realizado entre el gobierno regional y Aguas Antofagasta, la sanitaria a cargo de esta concesión. El convenio -que en principio regiría por cinco años- debe sortear algunos trámites administrativos y beneficiará a unos 177 mil clientes.
Estos se ubican en las comunas de Antofagasta, Calama, Mejillones, Taltal, Tocopilla y Sierra Gorda, territorios en los que opera la compañía.
El anuncio es indudablemente positivo y un buen ejemplo de las cosas que pueden conseguirse con diálogo y sin que signifiquen poner en riesgo la viabilidad económica de las compañías, es decir, es un acuerdo meditado y posible.
El caso es que perfectamente puede ser tomado como ejemplo para otras áreas que también podrían sumar desarrollos de este tipo. ¿Es posible congelar o reducir las tarifas eléctricas u otras como los intereses bancarios o los pagos de prestaciones en salud y tantos otros.
Es cierto que es la competencia y eficiencia es la que abre escenarios de este tipo. El cuestionado modelo es para beneficio del consumidor y no de los productores (por eso es abierto); sin embargo, hay áreas donde funciona una empresa, como monopolio regulado, o hay muy pocas compañías ofertantes.
Es entonces donde debe actuar el Estado, protegiendo a las personas, (que deben estar en el centro); teniendo marcos regulatorios claros, sancionando severamente las colusiones y otras prácticas delictuales, e incentivando la competencia.
Se trata, por cierto, de uno de los reclamos más sentidos por la ciudadanía que percibe cierta indefensión y abandono por parte de las autoridades y las empresas. Solo eso puede explicar el deterioro de la credibilidad y la menguada imagen de lo público y lo privado, considerando que no parece trabajarse por el bien común.
La decisión y el acuerdo de Aguas Antofagasta y el gobierno es una excelente medida y puede ser tomado como ejemplo de que sí hay otra forma de hacer las cosas.