La creciente emergencia provocada por el coronavirus llevó ayer a los mercados a su peor caída desde el Lunes Negro de 1987, extendiendo el declive que ha borrado la mayor parte de las ganancias que ha registrado Wall Street desde que Donald Trump asumió la presidencia.
El S&P 500 cayó 9,5% para una pérdida total de 26,7% respecto a su máximo histórico, alcanzado apenas el mes pasado. Eso colocó al mercado dentro del umbral del 20% para ser considerado un mercado bajista, poniendo fin oficialmente al periodo alcista que se extendió por 11 años. El promedio industrial Dow Jones cedió 10% para su peor jornada desde su desplome de 23% del 19 de octubre de 1987.
Los mercados europeos perdieron 12% para la peor sesión de su historia, incluso después de que el Banco Central Europeo se comprometió a comprar más bonos y a ofrecer mayor ayuda a la economía.
Las sensibles pérdidas ocurren en medio de una serie de cancelaciones y cierres en todo el mundo -incluyendo la orden de Donald Trump de suspender la mayor parte de los viajes desde Europa hacia Estados Unidos- y el incremento en las preocupaciones de que la Casa Blanca y gobiernos del resto del mundo no pueden o podrán contrarrestar el daño económico causado por la pandemia de coronavirus en un futuro cercano.
"Empezamos a darnos cuenta de lo grave que será el impacto en la economía. A diario las noticias empeoran en lugar de mejorar", dijo Liz Ann Sonders, estratega de inversiones en jefe en Charles Schwab.
Las acciones cayeron tan precipitadamente al iniciar la sesión en Wall Street que interrumpieron las operaciones por 15 minutos por segunda ocasión en la semana. Estas interrupciones automáticas se implementaron por primera vez tras el desplome de 1987, y hasta esta semana no habían sido utilizados desde 1997.
El Dow tomó un trayecto ascendente durante un instante y redujo por la mitad sus pérdidas después de que la Reserva Federal anunció que intervendría para aliviar las "interrupciones sumamente inusuales" en el mercado de bonos. Pero el ímpetu se disipó rápidamente.
El petróleo continuó con su devastadora semana, y el crudo estadounidense de referencia cerró en 31,50 dólares por barril.
Veto a vuelos
El Presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció ayer que se reserva la opción de extender más de 30 días su veto a los viajes desde Europa y también la de acortar ese plazo si "acaban" los problemas derivados del coronavirus. "Por supuesto, es posible (que lo extienda más de 30 días), y también es posible que lo anulemos antes de lo previsto", dijo Trump al ser preguntado durante una reunión en el Despacho Oval con el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, cuyo país no está afectado por el veto.
"Creo que restableceremos (los viajes desde Europa) bastante rápidamente una vez que esto acabe", añadió el mandatario.
Trump afirmó que su Gobierno podría eliminar "bastante pronto" la prohibición de entrada en EE.UU. a los extranjeros que hayan visitado China en los últimos 14 días, porque ese país "ha hecho muchos avances en las últimas pocas semanas".
"Y esperamos que con Europa también podamos hacerlo muy rápidamente", agregó Trump, quien subrayó que la incidencia del coronavirus en Italia "probablemente ha batido récords" y que también hay problemas en Alemania y Francia.
Trump ordenó el miércoles un veto a los viajes a EE.UU. desde los 26 países que pertenecen al espacio europeo Schengen de libre circulación, incluido España, con el fin de prevenir la propagación del coronavirus.
La suspensión entró en efecto desde ayer, y aunque Trump dijo en su discurso que duraría 30 días, la orden escrita que firmó, divulgada después por la Casa Blanca, no menciona ese periodo y señala únicamente que la restricción finalizará cuando él lo decida.
Los presidentes de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, y del Consejo Europeo, Charles Michel, deploraron la decisión "unilateral" de Trump sobre los viajes, y lamentaron que la tomara "sin consultas" con los líderes europeos.