"Busco ser el primer chileno en el espacio para demostrar que todo es posible"
Sebastián Ogalde, es un antofagastino de 25 años que actualmente se encuentra trabajando en la Agencia Espacial Europea, como parte de un ambicioso proyecto que planea investigar la materia oscura.
El antofagastino, oriundo del Barrio Industrial, es parte de la construcción de la nave espacial Euclid, que oficialmente verá el espacio en 2022, encargándose de diversas pruebas de efectividad de los diferentes sistemas del artefacto.
Ogalde está cumpliendo su sueño, uno que esperó por más de 15 años y que hoy está más cerca de cumplir gracias a su actitud incansable, mente inquieta y compromiso con su futuro. Total, como bien dice "no hay nada que no se pueda hacer, si se tiene la voluntad de hacerlo".
¿A raíz de qué situación surge la idea de ser astronauta?
-Fue una cosa gradual. Desde chico que siempre he tenido muy claro que quiero ser un aporte en el mundo, pero no sabía cómo hacerlo y también, siempre he tenido mucha afinidad por la ciencia, específicamente con la física. Con la ciencia en general y después, ya a los 13 o 14 años, decidí que quería ser astrónomo.
Así lo fui haciendo, entré a la Universidad Católica, en Santiago, como astrónomo. Pero en segundo año de universidad me di cuenta de que la manera, para mí al menos, de poder aportar más al mundo, era poder hacer cosas más prácticas. Pensé en el espacio, que no está tan lejos. Pero sí, siempre con incertidumbre.
Además ese año salió la película Gravity (Sandra Bullock); y nada, algo me hizo click, más las incertidumbres que tenía, el tema de la ciencia y mi amor por el espacio, dije ya, esto es lo que quiero hacer con mi vida y dedicaré mi tiempo a hacerlo. Esto hace siete años.
¿Planeas seguir una carrera relacionada con el rubro espacial?
-Sí, esa es mi inspiración. Yo busco ser el primer chileno en el espacio. Y eso obedece a dos razones que para mí son importantes: la primera, que hay un deseo personal de querer llegar al espacio, de poder ver el planeta desde afuera. Pero, y aquí lo segundo, las cosas, las personas quedan en segundo plano cuando hablamos de un bien mayor, colectivo. Y en ese sentido, lo que quiero es generar inspiración en las demás personas, en las siguientes generaciones para que entiendan que colocándose las pilas, pueden volverse un aporte para Chile.
Yo quiero aportar en materia espacial. Pero más que nada, quiero dar ese mensaje de que todo es posible y de que es súper importante poner la pasión. En Chile sí se pueden hacer cosas y cumplir sueños que parecen imposibles. En tecnología, por ejemplo, tenemos mucha gente que es seca.
Siempre se habla de otras personas, de estos tipos que hicieron la hazaña de diseñar todas las misiones del Apolo, y uno dice ¡vaya! es increíble y sí, en verdad es increíble, estoy de acuerdo con eso, pero no es nada que un buen equipo multidisciplinario, de extranjeros y chilenos, no pueda lograr también.
¿Cuál es tu función dentro de la Agencia Espacial Europea?
-Yo trabajo en uno de los "Prime Contractor". La Agencia Espacial Europea dispone de algunos programas y proyectos de investigación; en este caso si se quiere estudiar qué es la materia oscura, investigan que es lo qué se necesita, qué tipo de requisitos tienen y entonces ellos disponen de ciertos proyectos y ahí los toman diferentes empresas. Yo trabajo en una que es la más grande fabricante de satélites y de todas las cosas que van al espacio y son las más avanzadas de Europa.
Euclid es el satélite en el que estoy trabajando. Pero tengo colegas que están trabajando con Exumars, que es un robot que va a ir a Marte y es espectacular, lo he visto.
También se hacen otras tareas, estamos realizando cosas que en verdad van al espacio, y es muy loco, uno pone las manos sobre esas cosas, y uno estará a cargo de que esa cosa vuele y cumpla su misión. Es fantástico.
¿Qué tan difícil fue llegar hasta allá (Agencia Espacial Europea), y qué tuviste que hacer para lograrlo?
-Son cosas que van apareciendo en el camino. Muchas veces la gente dice de que las oportunidades aparecen cuando uno está en el momento justo y en el lugar justo. Por eso mi filosofía es intentar estar en muchos lugares, en muchos tiempos posibles para ir generando oportunidades que, acorde a mis objetivos y habilidades, pueda tomar. Y esta fue también la consecuencia de mucha preparación.
En Chile estudié ingeniera en microelectrónica y telecomunicaciones, además en la UC que tiene un nivel bastante importante en investigación. Después vine para acá (Italia), a estudiar mecatrónica en el Politécnico Di Torino, lo que me deja, digamos, con un buen bagaje de conocimientos y habilidades que obviamente en el momento de la entrevista logré demostrar y hacer que a ellos les terminara gustando.
No diría que es algo particularmente difícil, pero son cosas que van surgiendo cuando le pones empeño.
Respecto de la misión simulada en la que participarás, ¿en qué consiste?
-La misión, que se llama "Asclepios", es organizada por la escuela politécnica de Lausanne, y consiste en una simulación de una base lunar, o en Marte, para así tener una mejor comprensión de cuáles son las condiciones y problemas a los cuales tú te puedes enfrentar en esas situaciones, obviamente hay otros parámetros que no puede simular acá, como el hecho de que no puedas salir sin un traje, ya que aquí sigues teniendo la atmósfera. Pero hay muchas otras cosas que se pueden ensayar antes de ir y eso es lo que también hacen los astronautas de verdad.
Fuimos 200 postulantes y yo fui el único latinoamericano que quedó en el equipo final de seis personas que van a formar parte de esta misión el próximo mes. Como parte de la preparación de la misión, se han hecho varias cosas, hicimos un entrenamiento de supervivencia, experimentando temperaturas bajo cero. Además, desde hoy, me volví vegano, ya que eso es parte de los requerimientos de la misión también, entre otras cosas. Pero bien con esta experiencia.
¿Cómo ha sido ser parte de este proyecto espacial?
-Es una cosa que es súper inspiradora, para mí es muy importante porque el poder ser parte de esto, llegar al punto final después de ser seleccionado entre 200 postulantes, después de cuatro fases que no eran tan simples, en las cuales tuvimos que realizar varias cosas, incluyendo una entrevista con un astronauta de verdad, con quien pude encontrar varias similitudes en cuanto a nuestros trabajos. Él prácticamente hizo la misma pega que estoy haciendo aquí en tierra, pero en el espacio.
Haber pasado por eso es algo que reafirma no solo mi deseo de lograrlo, sino también mis resultados y una pizca de talento. Es algo que me sorprende, el estar bien encaminado.
Uno no siempre sabe si está avanzando en la dirección correcta, pero nada, feliz de poder estar en esta experiencia, de conocer al equipo, gente muy capaz y seca, hay estudiantes de Cambridge, de otras universidades de Europa que también son importantes y al final, nos seleccionaron a todos. Y saber eso, es algo que te da una satisfacción y alegría enormes.
"En Chile sí se pueden hacer cosas y cumplir sueños que parecen imposibles. En tecnología, por ejemplo, tenemos mucha gente que es seca".
"La gente dice que las oportunidades aparecen en el momento y lugar justo, por eso intento estar en muchos lugares y momentos posibles".