"Me llena de orgullo ser parte de este paisaje"
ANTOFAGASTINIDAD. Luis Núñez, el chuquicamatino que pinta las ciudades.
Luis Núñez, pintor, nació el 16 de agosto de 1968 en Chuquicamata.
Es de suponer que por allá, en el campamento, entendió los tonos ocres como la norma nortina y desde entonces las ha plasmado en murales repartidos en distintos lugares del país.
Casado y feliz, además de un gran arquero de fútbol, fue capaz de superar las adversidades que tuvo por delante.
¿Cómo definirías tu infancia?
- Mi primera infancia fue muy bonita, en la época en que vivimos como familia en Chuqui. Luego, producto la enfermedad de mi padre tuvimos que emigrar y ahí empezó una vida dura y difícil, todos mis hermanos, incluyéndome, estuvimos internados en un hogar de menores en Antofagasta y tengo recuerdos bastante fuertes de esos años y hasta la adolescencia, digamos que todo fue cuesta arriba.
¿Es cierto que de joven imitabas a Luis Miguel y otros cantantes? ¿Qué recuerdas de aquellos años?
-Es cierto. Cuando estaba en el Liceo Comercial, en primero medio tenía una compañera de curso que era bastante fanática de, en aquel entonces, el niño cantante Luis Miguel, y ella encontraba que yo me parecía mucho. Entonces empezó, no sé si a molestarme, pero a pedir que hiciera un par de imitaciones dentro del aniversario del liceo. Me aplaudieron mucho y empecé a imitarlo en distintos eventos donde se buscaba al doble de Luis Miguel. Ojo que no canto... era solo una imitación, pero fue una etapa bastante bonita y la disfruté mucho.
¿Cuándo comenzaste a pintar?
-Era muy niño, yo diría que tenía 9 o 10 años. A los once gané un concurso de pintura infantil de convocatoria nacional, mientras estaba en el Hogar. Yo creo que pintar fue una de las formas que tenía de escapar de la vida que tenía en esa institución. Mi imaginación me ayudaba a viajar fuera de esas murallas. Entiendo que hay quienes agradecen haber crecido ahí, pero ningún niño o niña debería vivir algo así, donde imperaba la ley del más fuerte y había que aprender a defenderse siendo apenas una criatura. Yo tenía a mi mamá afuera, luchando por recuperarnos, pero esa sensación de abandono y desprotección, de la que solo puedo rescatar a un par de profesores o voluntarios, es el peor castigo que se pueda dar a alguien que es absolutamente inocente.
Siempre seguí dibujando y pintando, aunque la opción de estudiar alguna carrera ligada al arte estaba fuera de mi alcance. Sin embargo, a los 22 años tomé la decisión de dedicarme exclusivamente a la pintura y tratar de vivir de ella.
Creo que ha sido una de mis mejores ideas, a pesar de todas las dificultades. Luchar por mi falta de preparación académica, por los prejuicios y por ser mejor día a día ha sido la impronta desde ese entonces hasta hoy, pero ya puedo decir tranquilamente que miro hacia atrás, y todo lo vivido ha aportado a que mi trabajo sea maduro, preciso, con contenido reconocido y reconocible, pero sobre todo, valorado por la gente. Eso para mí, es inconmensurable y solo puedo agradecer lo avanzado y esperar ansioso lo que queda por recorrer.
¿Cuál es la obra mural que más te gusta?
- Más allá de mi gusto, la que más me representa es el trabajo que se hizo en la Casa Gibbs, hoy en día convertido en un punto turístico importante dentro la ciudad y la Región. Esa obra, nacida gracias a la Corporación Proa me ha dado la posibilidad de hacer conocido mi trabajo y con ello, proyectar mi obra en otros lugares del país.
¿Qué obra tienes como sueño y dónde te gustaría materializarla?
- La verdad es que en este momento todo mi esfuerzo y todas mis ganas de hacer proyectos están volcados en un nuevo mural que estamos trabajando en el sur de Chile. Eso es lo que me quita el sueño y lo que me mantiene ocupado. Espero pronto dar a conocer esta obra a la comunidad porque es un inmenso regalo para nuestra memoria.
¿Qué significa ser artista?
- Creo que es un concepto tan amplio y complejo. Yo todavía siento que es un título que solo te pueden dar otros. Presentarse como artista es tan difícil porque al menos yo trabajo como cualquier persona: con horarios, todos los días, buscando siempre mejorar mi desempeño. Trato de mantenerme en constante aprendizaje, que recojo de todos lados, tanto de mis colegas o compañeros de trabajo como de libros, videos y hasta tutoriales.
Quizás finalmente ser artista sea precisamente eso: aprender cada día, tener una disciplina de trabajo, una constancia y que esto finalmente se materialice en una obra.
¿Qué observas en los parajes desérticos del Norte?
- En el último tiempo he vivido más profundamente inmerso en paisajes sureños y aunque cada escena tiene su magia, la luminosidad y los colores que tiene nuestro norte son incomparables. Cada momento del día, cada cerro está lleno de magia y me llena de orgullo ser parte de este paisaje.