Almacenes de barrio toman protagonismo en medio de alta demanda por productos
TENDENCIA. Comerciantes dicen que existe un aumento en las ventas. Usuarios los prefieren para evitar traslados por la ciudad.
En la misma línea de evitar las grandes aglomeraciones para prevenir el contagio por COVID-19, se está comenzando a visibilizar la preferencia de los antofagastinos por los tradicionales almacenes de barrio, locales de abarrotes y kioscos.
En muchos puntos de la capital regional esto se puede apreciado a simple vista. En algunos de estos comercios incluso se hacen filas para poder comprar productos esenciales.
Héctor González es un vecino del sector de Playa Blanca y con bolsa en mano, es el último al final de una fila de seis personas que esperan pagar sus productos en un local del barrio. Según cuenta, hasta la semana pasada todas las compras las hacía en un supermercado que está distante a dos cuadras de su casa.
"Ir para allá es solo exponerse. Primero debes hacer una larga fila que fácilmente te hace perder 20 minutos y en algunos casos restringen las compras. Por eso es mejor comprarle al vecino (dueño del almacén) porque en días como estos, solo se requiere lo indispensable, y lo indispensable lo encuentras en cualquier almacén", dice.
Ventas
Los dueños de almacenes y minimarkets, si bien dicen que la clientela ha aumentado, cuentan que han tenido problemas en algunos aspectos que tienen relación al aprovisionamiento.
Hugo Sandoval, dueño el almacén San Ignacio, el cual abastece de verduras y abarrotes a los vecinos del sector del parque Ricaaventura, dice que ha visto un aumento en su clientela.
"Viene más gente, pero todo ello se ve complicado porque el abastecimiento de las empresas no es de los mejores. Tenemos proveedores que no están llegando con todo y dan prioridad a los supermercados, por ejemplo con el pan Ideal, solo nos vienen a dejar el pan blanco, pero no hay masa para pizzas, pan para completos, todo eso se va a las grandes cadenas", cuenta.
Emanuel, dueño de un almacén del sector de Gran Vía, también ha visto incrementada su clientela, pero dice que las restricciones que ha tomado la sociedad y la duración de la crisis sanitaria le hacen pensar que cada día que pasa ensombrece el escenario.
"Tenemos más clientes sí, pero no es motivo para andar jubilosos. Es decir, imagina que cada día que pasa con esta cuestión (virus) la cosa se irá poniendo peor. No porque tengamos más clientes que antes quiere decir que la cosa nos mejore", afirmó.
Mercado
Esta súbita demanda de los pequeños almacenes obedecería a los momentos de incertidumbre que se viven, al menos así lo piensan economistas, quienes dicen que la gran incógnita es saber cuánto pueda llegar a durar la pandemia.
Manuel Pérez Trujillo, académico del Departamento de Economía de la Universidad Católica del Norte, explica los consumidores cambian su comportamiento habitual al solo querer abastecerse por la contingencia. "Entonces el comercio más cercano ofrece una alternativa de aprovisionamiento más efectivo, que hasta incluso puede ser de confianza al no haber tantas personas", comentó.
No obstante, dice no creer que esto sea positivo. "Tenemos una enorme incertidumbre. Mientras más rápido pase el virus, más tiempo tendremos de recuperarnos. Y con respecto a las pequeñas aglomeraciones de almacenes, no sé si será mejor o peor dado a que en su mayoría, estos puntos no cuentan con controles de aglomeración, y lo que ahora necesitamos es eso, no aglomerarnos", afirmó.
El economista Dussan Paredes piensa que el coronavirus permitirá que se revelen los niveles reales de emprendimiento por oportunidad, versus aquellos por necesidad.
"Probablemente los que son por necesidad van a parecer en este proceso o se verán altamente afectados. Chile siempre sale con tasas de emprendimiento alta, pero siempre está la duda de cuántos hacen emprendimientos por necesidad y cuántos por un negocio por oportunidad".
"Viene más gente pero todo ello se ve complicado porque el abastecimiento por parte de las empresas es más lento".
Hugo Sandoval, Dueño de almacén