Redacción
A pesar de que tienen la denominación de planteles estatales, su financiamiento proviene "preferentemente del arancel de los estudiantes", explica Luis Alberto Loyola, rector de la Universidad de Antofagasta (UA).
El doctor en ciencias químicas advierte que en el actual escenario, un decaimiento de la economía inevitablemente impactará en las universidades estatales, cuyo "financiamiento siempre ha sido deficitario".
Y manifestó que "habría que recordarle a los gobiernos de turno que somos estatales porque somos las Universidades del Estado de Chile, teniendo todo el derecho (el Estado) de fijarle algunas directrices, pero también tiene el deber de fortalecerlas".
El rector habló sobre la contingencia, el desarrollo de las clases no presenciales, la formación de personas en esta nueva sociedad y los cambios que vienen al sistema de admisión a la educación superior tras el fin de la PSU.
¿Cómo se está adecuando la universidad y sus carreras para enfrentar el actual escenario de suspensión de clases presenciales, lo que se suma a las clases perdidas durante el año pasado?
-El trabajo multidisciplinario se está realizando a través de las distintas direcciones, facultades y sus organizaciones estudiantiles sancionados por el Consejo Académico. Esto ha significado una reducción del porcentaje de los contenidos, eso era inevitable, pero hemos hecho lo posible por mantener el estándar de calidad que caracteriza nuestros procesos educativos.
Con la contingencia sanitaria estamos fortaleciendo y extendiendo las herramientas virtuales con que ya contábamos, capacitando docentes y estudiantes con el objeto de dar continuidad a los planes de estudio y evitar perjuicios. Nuestra universidad es una institución resiliente y que puede adaptarse a estas circunstancias.
Sobre la contingencia social en el país, ¿qué balance tiene del rol de sus alumnos en este proceso, y han registrado casos de estudiantes ligados a casos de violencia?
-Siempre hemos fomentado el desarrollo del pensamiento crítico, somos una institución de educación superior y, en consecuencia, existen diversas agrupaciones de estudiantes que conviven armónicamente dentro de la comunidad universitaria.
Si bien la magnitud del estallido social no se compara con otros movimientos sociales y estudiantiles, los alumnos han participado activamente de este y otros procesos sociales desde su fundación. Es por esto que en la medida de nuestras atribuciones y en el marco de la ley, han contado siempre con el apoyo de las autoridades universitarias.
Tenemos una buena comunicación con los representantes de los centros de alumnos y de la Federación de Estudiantes, lo que ha permitido, mediante el diálogo, resolver los conflictos emergentes.
Destaco, las instancias de diálogos con funcionarios, académicos y estudiantes, que nos llevaron a realizar una propuesta de lo que queremos como país.
¿La coyuntura -el COVID-19 y el estallido social- plantean una redirección en la formación de personas para una nueva sociedad de mayor complejidad?
-El COVID-19 y el calentamiento global son claras señales que como seres humanos debemos volver a pensar nuestra relación con el planeta, en el cual los valores como la solidaridad, respeto a las personas y empatía, deben primar para nuestra supervivencia.
En cierto sentido, ya se estaban haciendo los cambios de paradigmas en educación superior, los que centran su atención en el estudiante y en cómo aprende. El modelo educativo de la UA busca entender y aprovechar las capacidades en que los alumnos estudian y adquieren conocimientos. La modalidad online que estamos implementando justamente debe tener estos conceptos, pues al tratarse de una educación remota el docente debe estar mucho mas consciente de cómo orientar sus actividades.
¿De qué forma afectará el escenario económico al financiamiento de las universidad estatales?
-El financiamiento de las universidades Estatales siempre ha sido deficitario pues, a pesar de la denominación "estatales", nuestro financiamiento proviene preferentemente de los aranceles de los estudiantes. Si la economía decae, el impacto también lo van a sufrir las universidades, y las estatales de manera importante.
Para limitar estos efectos, habría que recordarle a los gobiernos de turno que somos estatales no sólo porque estamos creadas por ley y somos supervigiladas directamente por órganos contralores: somos estatales porque somos las Universidades del Estado de Chile, teniendo todo el derecho de fijarle algunas directrices, pero también tiene el deber de fortalecerlas.
En conclusión, el panorama es de incertidumbre, estamos siendo desafiados por algo que no hemos vivido en los últimos cien años, esperamos que todo esto nos traiga una nueva oportunidad.
¿Tiene Antofagasta una oportunidad de dar avances importantes en investigación y ciencia con elementos de la región, como la astronomía y el litio?
-La Región de Antofagasta es una oportunidad para el desarrollo de la ciencia y la tecnología con una orientación clara hacia la innovación en las oportunidades que ofrecen los recursos naturales y el entorno referidos en la astronomía, la minería metálica y no metálica (litio), biorecursos de zonas extremas y la energía solar.
Es importante establecer alianzas estratégicas entre las universidades, el sector público y privado que nos lleve al desarrollo de iniciativas de consorcios que involucren a entidades internacionales.
Un ejemplo de ello es Atamostec, financiado por Corfo, que lidera la Universidad de Antofagasta, en el ámbito del desarrollo de tecnologías fotovoltaicas de ambientes desérticos y que incluye universidades nacionales, empresas nacionales e internacionales y centros de investigación de Francia e Italia.
Esto implica participación de recursos humanos de alta calificación, recursos financieros, creación de capacidades regionales y lo más importante, que sus resultados impactarán en el desarrollo de la región. Es lo que esperamos en mayor escala de la formación del consorcio que deberá administrar el Instituto de Energías Limpias, el cual se establecerá en la Región de Antofagasta para el desarrollo de la energía solar, minería de bajas emisiones, y materiales de litio. Apostamos a que la investigación se desarrolle en la región donde está el sol y el litio, entre otros recursos.
Fin de la psu
¿Cuál debería ser la prioridad de este nuevo sistema de ingreso a la educación superior, teniendo en cuenta las críticas que deja la PSU?
-Los objetivos de la propuesta para el nuevo sistema se refieren a avanzar en equidad ampliando las oportunidades para los jóvenes, valorar la diversidad de talentos y dar mayor flexibilidad a las instituciones para potenciar sus diferentes proyectos educativos.
La prueba estandarizada (lenguaje y matemáticas), avanza hacia la evaluación de competencias basadas en el currículum escolar de séptimo año a segundo medio para el año 2022 a todas las universidades. El sistema pondera de manera diferente al actual, fijando un mínimo de 30% de la prueba, con lo cual las notas de enseñanza media y el ranking pueden sumar un máximo de 70%.
También se amplían los requisitos mínimos para postular, ya que no solo pueden postular con un mínimo de 450 puntos promedio en las pruebas de lenguaje y matemáticas, sino que también se habilita a los estudiantes con un promedio de notas de enseñanza media que los ubique en el 10% superior de su establecimiento. Adicionalmente, la admisión especial aumenta a un 20% a todas las universidades y un 25% para las zonas extremas, lo cual es una oportunidad y desafío.
"El COVID-19 y el calentamiento global son claras señales que como seres humanos debemos volver a pensar la relación con el planeta".