Caurcota icks yoconama (Así hablan las montañas)
Patta Ohiri, a tí te invocamos, más allá del espacio y más allá del tiempo. Que vengan los gentiles, los abuelos y los viejos a compartir con viejos amigos; que crucen el gran río utilizando el negro perro, que traigan aloja, pizangalla y pataska para los nuevos amigos.
Amanece. El viento terral abandona con lentitud la costa del macizo andino. El sol asoma sus rayos y los seres de arriba, del espacio y de las cumbres, penetran el paisaje y, la energía se hace carne y sudor en hombres y mujeres andinos.
Desde ese universo cósmico y terrestre, cotidiano y eterno, en las alas del cóndor y las voces del viento, así llegan las palabras de las montañas, de los abuelos y las tradiciones, en expresiones que nos son diferentes, pero que son las propias de los likan-antai, los quechuas y los escasos collas . Son las voces y los sueños andinos. El mensajero del sol enseña el principio de la creación, nos muestra los caminos hacia el futuro y nos recuerda el esplendor pasado. Nos invita a ser pacientes, a esperar que en el movimiento cíclico del tiempo y el espacio, el pasado regrese ante nuestros ojos transformándose en un presente.
Mallku, cielo dispensador de lluvias; montañas, madres de ríos y vertientes, origen y celosas guardianas de las cada vez más pobres y esquivas aguas de nuestros pueblos originarios. Desde allí llegan mensajes de vida y de muerte, ofrecimientos de salud y de riquezas. En alas del tiempo, en los símbolos del espacio, de la naturaleza y los seres humanos nos llega la explicación mítica de numerosos elementos culturales que se manifiestan en la veneración a la Pacha Mama quechua, a la Patta Ohiri kunza, el agua, las montañas; en los ritos milenarios del floramiento, de las cruces de mayo, del lavatorio, la quitada de luto, la limpia de canales, , en el pasado hecho presente, en la complementariedad de la tierra y el agua, de la mujer y el hombre; el waki, el aisachips, el pago; en la adoración de las chullpas, el respeto a las apachetas; la veneración a los gentiles, los antiguos, los ancestros. En la paciencia de los que sabe esperar para poder llegar.
Domingo Gómez P, profesor normalista, miembro de OPRIL.