Pandemias, arquitectura y urbanismo
"Surgirá la descentralización, mediante la construcción de subcentros".
Históricamente ha existido una relación entre pandemias y arquitectura y el urbanismo; hay que recordar como cambiaron las ciudades después del Cólera, de la Gripe Española y hoy se nos plantea la actual pandemia del coronavirus. ¿Seguiremos construyendo igual nuestras ciudades y edificios después de superar la pandemia provocada por el COVID-19?
Repensar la densidad en las ciudades es una prioridad evidente, ya que las más densas han sido las más vulnerables a los contagios. Los virus exigen que los edificios tengan el necesario barrido de sol en todos sus recintos sean habitacionales, laborales y de circulación, logrando su esterilización a través de los rayos UV del sol y la ventilación de estos. Hoy en Antofagasta en la mayor parte de las ampliaciones hechas por los propios usuarios en sus viviendas, dejan recintos sin iluminación y ventilación natural, ignorando las graves consecuencias.
Es necesario revisar las normas de nuestro Plan Regulador, como la ocupación de suelo, que fija la relación terreno y el primer piso construido, como también la autorización de construir en sitios pequeños con gran constructibilidad (superficie máxima a construir, que es un número de veces la superficie del predio) que hoy impide diseñar edificios soleados y aireados en algunas zonas de nuestra ciudad.
La Ordenanza General de la Construcción también debe repensarse para considerar una mayor distancia mínimas entre los usuarios, y lograr una óptima distancia social, como también mejorar los volúmenes de aire en los recintos, que no se alcanza con la altura mínima permitida de 2.35 m en la mayoría de nuestras construcciones hoy en día.
La estructura de las ciudades se verán afectadas como consecuencia de esta pandemia; surgirá la descentralización, mediante la construcción de subcentros, haciendo menos necesario el uso del transporte público.
La arborización de los espacios públicos se convertirá en un tema de salubridad al colaborar con la oxigenación del aire, haciéndolo más puro, junto con un ordenamiento territorial que evite la contaminación, entonces disminuiremos las enfermedades respiratorias.
Se verán más cambios, pero primero que todo, con paciencia y confianza quedémonos en casa.
Emile Ugarte
Arquitecto