"En esta emergencia las que más se ven afectadas son las familias en campamentos"
El hecho de que en plena pandemia casi un 90% de los de las familias que viven en alguno de los 79 campamentos de la región no cuenten con acceso a agua potable, o que en estos mismos hogares sus habitantes por más que quieran no se puedan dar el "lujo" de cumplir una cuarenta porque no tendrían ingresos para comer, para el director regional de Techo-Chile, Javier Cifuentes, solo deja en evidencia el estado permanente de emergencia en el que se encuentran sus habitantes.
Cifuentes es periodista de la Universidad Diego Portales y colaboró como voluntario de Techo-Chile en una villa de blocks en la comuna de San Bernardo (Santiago) entre el 2013 y 2017, donde trabajó con la junta de vecinos resolviendo problemáticas de la comunidad y buscando fomentar la organización comunitaria. Cifuentes es enfático en señalar que los más afectados durante esta emergencia sanitaria por el coronavirus son las familias de campamentos.
Durante las últimas semanas Techo ha estado en contacto permanente con ellos, levantando información sobre cuáles son sus principales problemas en el marco de la emergencia sanitaria, siendo la falta de acceso a agua potable y la de información respecto a qué hacer en caso de sospecha de contagio, los temas más preocupantes.
¿Cuál era la situación de los campamentos en la región antes de la aparición del coronavirus?
-Hemos identificado que en los últimos años los campamentos han ido aumentando y el principal motivo tiene que ver con el alto costo de los arriendos en la ciudad. Otra factor son los bajos ingresos que están teniendo las familias, y también porque muchas de esas personas antes de llegar al campamento vivían de allegados. Todas estas razones desencadenaron en este incremento.
En ese sentido nosotros hemos visto que el campamento se ha vuelto una válvula de escape de una crisis que existe como ciudad. Vemos que los campamentos son un síntoma de que en la ciudad hay problemas más profundos que tienen que ver con la exclusión, el hacinamiento, el alto costo de vida o el acceso a servicios básicos.
¿Cuál es la situación de estos barrios en medio de esta emergencia sanitaria?
-Nosotros creemos que más allá de que sea una crisis sanitaria, esto también involucra un tema social y económico. Desde las primeras semanas que empezó esta pandemia en la región hemos estado en contacto con las familias y lo que hemos levantado es información sobre problemas de acceso al agua, dado que el 89% de los hogares en campamento no tienen acceso a agua potable lo que es un gran problema.
Evidentemente sabemos que en esta emergencia los que más se ven afectados son las familias que viven en campamento. Creemos que la medida de cuarentena de quedarse en la casa que han establecido las autoridades, por ahora se ha convertido en un privilegio o una medida de clase, ya que muchas familias en campamento no pueden seguir estas instrucciones porque tienen que trabajar para poder conseguir alimento para comer día a día.
¿Qué medias se deberían adoptar en los campamentos para prevenir los contagios?
-Planteamos que las soluciones que se propongan vengan a todas estas dimensiones. Por un lado la sanitaria, que tiene que ver con la prevención y tener el agua potable para lavarse las manos de forma frecuente y contar con el espacio en la casa de distanciamiento con las demás personas.
También ver el tema económico, que pueda haber un aporte para las familias para que se puedan quedar en la casa y no tener que salir a trabajar.
Por último, y que tiene que ver con soluciones más sociales, abordar de qué manera poder conectar a las familias con una vivienda adecuada que permita seguir las instrucciones de la autoridad.
Conversando con las familias durante este acompañamiento que hemos hecho en las últimas semanas, nos han dicho que les da rabia escuchar las indicaciones de quedarse en la casa porque ellos no tienen la opción de hacerlo o no.
Al final esta pandemia pone en evidencia una situación de emergencia que viven desde hace años las familias en campamento y de la que tenemos que hacernos cargo.
¿Qué pasa con los niños que viven en campamentos y su proceso educativo?
-Dado que los niños no están yendo al colegio, muchos de ellos no tienen los materiales para poder seguir las tareas que les mandan los profesores. Por otro lado no todas las familias cuentan con internet por lo que han tenido que ellas mismas autogestionarse y organizarse para poder acompañar a sus hijos en este proceso. Nosotros como Techo hemos podido ayudar con algunas iniciativas vinculadas a la educación con voluntarios que han ido acompañando a los niños y niñas de campamento con tutorías a través del teléfono.
¿Qué tipo de ayuda o información están recibiendo las familias de campamento en relación al coronavirus? ¿existe comunicación con las autoridades?
-Las familias nos han indicado que no cuentan con información segura para poder transmitirles a sus vecinos. En ese sentido, creemos que es necesario trabajar un canal de información con apoyo, por ejemplo, en caso de que aparezcan personas con síntomas y así evitar que se presenten en el hospital. Tenemos que anticiparnos en buscar una respuesta primaria que impida las aglomeraciones para de esa forma evitar que el virus se propague.
Uno de los grandes problemas que tiene la región es la desigualdad. Por un lado vemos familias que tienen el espacio y los servicios para poder seguir una cuarentena adecuada y, por otro lado, hay familias que viven en campamentos que no tienen el espacio para poder seguir las indicaciones de las autoridades y tampoco cuentan con acceso a agua, electricidad o internet. Tenemos que ver de qué manera ajustamos las soluciones que entregan desde la autoridad a la realidad del territorio. El gran desafío es poder estar en contacto con las familias para poder hacerlas parte de las soluciones.
"Los campamentos son un síntoma de que en la ciudad hay problemas más profundos que tienen que ver con la exclusión, el hacinamiento, el alto costo de vida o el acceso a servicios básicos".
"Conversando con las familias durante este acompañamiento que hemos hecho en las últimas semanas, nos han dicho que les da rabia escuchar las indicaciones de quedarse en la casa porque ellos no tienen la opción de hacerlo o no".