El temor y la frustración de los vecinos de Mejillones ante el alza de contagios
SALUD. La comuna presenta 66 casos a la fecha. Autoridad descartó nuevas medidas sanitarias.
Más de cincuenta jóvenes protestaron el lunes -por segunda noche consecutiva- en el sector de la Villa Salvador Allende, el centro de todas las manifestaciones sociales que han alterado la casi siempre apacible comunidad de Mejillones.
A diferencia de las protestas de principio de marzo, esta vez no es la demanda del estallido social o la falta de profesores, lo que los moviliza. Protestan porque exigen cerrar la comuna, cercarla para protegerse del creciente número de casos covid que tiene a toda la comunidad inquieta.
Desde que el fin de semana se diera a conocer el primer fallecimiento por coronavirus en la localidad y que el número de casos positivos superó los 60, la comunidad mejillonina parece vivir su propio estado de alerta.
Para María Cabello, presidenta de la junta de vecinos de la población Salvador Allende, las protestas son parte de la molestia de jóvenes y pobladores ante lo que consideran, una falta de medidas más restrictivas por parte de las autoridades regionales.
"¿Qué es lo que están pidiendo?, mayor protección. Mayor control. Que se cierre la comuna. Las protestas van a seguir mientras las medidas no sean más rígidas. Yo sé que hay empresas grandes en la comuna y que es difícil, pero necesitamos que nos ayuden", afirma la dirigente.
Entre los vecinos se repite la mezcla de temor y desazón ante lo que consideran no solo medidas tardías para el control de la pandemia, sino además, poca atención a sus demandas. La instalación de una aduana sanitaria preventiva o la aplicación de exámenes de pesquisa no parecen suficientes para calmar a una comunidad inquieta.
"Estamos bastante preocupados. Hay como una psicosis colectiva en la comuna", afirma Inés Aguirre, presidenta comunal de la Cruz Roja en Mejillones.
"Ahora tenemos el control sanitario en el ingreso lo que me parece bien, pero creo que pudo ser mucho antes. Además, por el acceso norte siguen transitando camiones y vehículos sin ningún tipo de control. Eso debería tener mayor regulación, no sacamos nada con tener controles si por el otro lado van a poder seguir ingresando personas al pueblo", sostiene.
Política social
Para vecinos y dirigentes de la comuna, la acción del gobierno local en la emergencia tampoco ha sido óptima. La licencia médica que presentó el alcalde Sergio Vega durante los días previos al brote y la ausencia de las principales jefaturas municipales en la ciudad, son parte de la críticas hacia la labor desplegada.
Para Nancy Castañeda, administradora del condominio Costa del Desierto Nº 4, hasta el momento no existe coordinación entre los representantes de las juntas de vecinos y la municipalidad para canalizar la ayuda social que trabajadores informales, desempleados y jubilados ya comienzan a demandar.
"Nunca el trabajo con dirigentes ha sido directo. A veces nos enteramos por grupos de WhatsApp y no por canales formales con el municipio de alguna iniciativa. Y mientras no trabajemos en conjunto, no podremos manejar todo esto. Creo que el trabajo con los dirigentes sociales es fundamental en esta emergencia", señala.
La ayuda social desplegada, es otro punto de discusión entre vecinos. Kits de limpieza y cajas con víveres han sido entregados -fundamentalmente- en el campamento Villa Internacional, el sector donde se han registrado mayor cantidad de casos y que presenta las peores condiciones sanitarias de la comuna.
Para Edwin Cuero, secretario del campamento, la asistencia les ha permitido redoblar las medidas de control y además ayudar económicamente a quienes se han quedado sin trabajo en las últimas semanas.
"Muchos compañeros han sido despedidos de sus trabajos solo por vivir acá en el campamento. Considero que es discriminatorio porque nos estigmatiza a quienes vivimos acá. Nosotros no elegimos contagiarnos", sostiene Cuero, quien acaba de finalizar su cuarentena en la residencia sanitaria en Antofagasta.
Alberto Rivera, exconsejero regional de la comuna, también ha escuchado de opiniones discriminatorias de parte de mejilloninos que reclaman por el apoyo desplegado al campamento en desmedro del resto de habitantes de la comuna.
"Veo con preocupación esas opiniones que estigmatizan. Esto se solucionaría si tuviéramos una mesa social en el municipio donde estuviéramos todas las organizaciones territoriales para poder coordinar y participar en las decisiones. Ojalá pudiéramos armar esa instancia donde los representantes pudieran coordinar y representar a la autoridad local sus necesidades y así poder manejar mejor esto", afirmó.
"Mientras no trabajemos en conjunto, no podremos manejar todo esto. Creo que el trabajo con los dirigentes sociales es fundamental en esta emergencia".
Nancy Castañeda,, condominio Costa del Desierto 4