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Según Andrea Lihn, su padre escribía de manera compulsiva.
persos) y "Diálogo de desaparecidos (2018, dramaturgia). Florit se ha convertido en un detective exitoso del caos productivo de Lihn.
Antes, otros libros de Lihn habían recopilado sus textos críticos y de arte, "El circo en llamas" (LOM, 1997, editado por el fallecido escritor y amigo de Lihn Germán Marín) y "Textos sobre arte" (Universidad Diego Portales, 2008, una edición de Ana María Risco y Adriana Valdés).
"¿Qué nos ha dado con Kafka?" fue enviado a imprenta días antes de las medidas restrictivas por el COVID-19 y alcanzó a ser distribuido parcialmente antes de la cuarentena extensiva que rige en diversas zonas del país.
El jardín de lihn
En la presentación virtual del libro en Instagram el pasado fin de semana, el editor Florit dialogó con Andrea Lihn, la hija del poeta, quien lleva actualmente los derechos de autor de su padre. Ella recordó que "Dentro de su desorden él tenía un orden. Mi papá siempre escribió en el living, escribía en la casa, nunca fue a otro lugar. Era un trabajador compulsivo", describió.
Andrea recordó los conflictos que pasó en la casa de calle Faro de evangelistas, en un condominio que Lihn, en su columna del extinto diario La Época, describió como un infierno de clase media, donde tuvo problemas con los vecinos por su jardín, el que dejaba crecer para ver qué le daba.
Así aparece en el archivo de Lihn: un jardín que creció en su desorden natural del trabajo de escribir, que considera en sus márgenes estos encargos de artistas, el de colaboraciones en prensa sobre distintas disciplinas, intervenciones públicas por escrito y orales, que hoy van dando frutos nuevos y extraños.
Los intereses de Lihn superan la literatura. Hay varios artículos de pintura, también de otras disciplinas como fotografía o teatro. El que da nombre al libro analiza la imposibilidad de llevar a escena a Kafka. Es interesante en ellos la evocación del momento. Se puede percibir al escritor como espectador, o echando mano a la etimología de las palabras para, por ejemplo, explicar las fotografías de Paz Errázuriz en Chiloé. Paradójicamente, sus observaciones sobrevivieron y están vigentes mucho más allá del momento.
El fallecido poeta peruano Gregorio Martínez recogió el testimonio autobiográfico que cierra el libro. Va más atrás incluso que el Currículum Vitae de Lihn de la primera parte: "Cuando yo era chico todavía mi familia vivía en el palacio que había sido del abuelo, pero aquel desmesurado caserón ya estaba en ruinas".
Free lance
Andrea, la hija de Lihn, relató en Instagram que vivió junto a su padre años, porque su madre estaba en el extranjero. Si no había tiempo para comer tranquilos en la semana, para preparar pollo al curry (el plato favorito del escritor), menos había tiempo para ir ordenando el archivo.
El libro puede leerse para conocer las afinidades estéticas de Lihn con grandes artistas, como Paul Klee, por ejemplo. O para conocer el propio relato de la vida que hacía Enrique Lihn, bajo la resaca o para presentarse frente al público norteamericano.
Dan ganas de pensarlo como un escritor adelantado, un free lance, pero el mismo se encarga, con su habitual sentido crítico, de desmontar esta posibilidad: "De 1969 a 1971, la necesidad me hizo recaer en una suerte de trabajo secundario que había realizado varias veces, con el inevitable fracaso que les espera a los periodistas culturales en nuestros países, donde no constituyen meramente el esporádico lujo de la pobreza".
Destacan en el conjunto las colaboraciones en medios extranjeros, en Perú o España, más la incluida en la revista Marcha, clásica publicación cultural uruguaya, donde se reproduce una carta abierta a Heberto Padilla, escritor castigado en Cuba por el castrismo. Uno de los puntos altos del libro es la relación que arma esa carta con varias colaboraciones en las publicaciones cubanas Granma, Unión y Casa de las Américas, tras ganar en 1966 el tradicional concurso convocado por esta institución.
En Marcha es presentado como "Uno de los mejores poetas chilenos actuales, es también un hombre comprometido con su tiempo". Consideran "la probidad intelectual del autor" como factor para publicarlo, aunque también uno podría leerlo como el escritor honesto y antiprogramático que no teme ser incómodo con tal de acercarse a la verdad. La carta le trajo varios problemas en adelante.
Florit agradece en la nota introductoria del libro el trabajo de Alma Rosa, con quien consiguió escaneos de los artículos cubanos en la Biblioteca Nacional José Martí. Otros textos provienen de la Fundación Getty de Estados Unidos, que aún conserva inéditos. Cuba y Estados Unidos son dos de los lugares donde Lihn desarrolló su escritura en movimiento.
En la carta abierta (1971) se anticipa a lo que sucederá en Chile dos años después. Ya en aquel contexto, Lihn expone (en un testimonio transcrito en el libro) que la censura cambió su forma de escribir.
"A Cuneo -literalmente- se le cayó encima la pequeña maleta de metal en la que se encontraba el cassette. Ahí estaba la voz de Lihn".
ARCHIVO ZIG ZAG / EL MERCURIO