La culpa es del "empedrado"
Las cifras no son buenas y la situación se complejiza pues nos vamos acercando paso a paso a los 1.000 fallecidos. Pero sigo confiando en la subsecretaria de Salud Paula Daza, y en el subsecretario Arturo Zúñiga. Espero que no decepcionen y continúen poniéndole el hombro a la pandemia; lo necesitamos. Más que tomar decisiones políticas, que estoy seguro no les corresponde hacer, ellos representan el esfuerzo enorme de miles de profesionales y técnicos que están detrás de sus personas, y que se encargan de cuidar nuestra salud y salvar vidas.
Pero no es un asunto fácil de realizar pues la gente está irritada, violenta, muy difícil de gobernar; todo se pone en duda, nada que venga de la autoridad es creíble. Y además, fuimos "educados" en los últimos 40 años con un sistema basado en un individualismo salvaje, donde pareciera que lo único que cuenta es el bienestar propio (yo primero, no me importan las "cuarentenas"). Hay acá un nivel de irresponsabilidad muy grande, y esto también se hace extensivo al área política de un gobierno que se muestra incapaz de tomar medidas efectivas, y cuando las toma es el primero en incumplirlas. Se decreta cuarentena y cordón sanitario para Santiago, y luego vemos como cien mil automovilistas salen muy campantes de la ciudad. Se dan muchas excusas para ello, pero es justamente este factor, la falta de seriedad, el que me lleva a pensar que en las actuales circunstancias, va a ser sumamente complejo implementar los controles y programas necesarios para contener la expansión del coronavirus a lo largo y ancho del territorio nacional.
Así las cosas, la pandemia se va expandiendo rápidamente por Chile y ahora somos uno de los países con más contagiados per cápita de Sudamérica. Pero lo que más irrita es que se tomen decisiones políticas erradas y francamente peligrosas para las personas. Como el traslado de una decena de reos desde Santiago a la cárcel de Puerto Montt, algunos de los cuales dieron positivo luego de que se les hiciera un test PCR en esta última ciudad, varios días después. Esta situación significó un grave riesgo para la población penal de la cárcel y para los gendarmes, 3 de los cuales fueron contaminados y 11 tuvieron que ser aislados. ¿Qué va a suceder con las familias de los gendarmes, o con sus amistades? Puerto Montt estaba bien, con tres semanas sin casos positivos, y ahora esto.
Indudablemente, hay mucha gente irresponsable e individualista en nuestro país, lo hemos visto en los últimos meses; son los primeros en culpar a los demás. Pero no es menos cierto que estamos en manos de políticos que toman decisiones no sólo erradas, sino que francamente azarosas.