La tiranía de datos y el covid-19
Dra. Francis Espinoza F. , Académica UCN
La gobernanza de datos es un concepto político que forma parte de las Relaciones Internacionales, y asociado a la Teoría de la Acción (Elección) Racional se utiliza para, por ejemplo, tomar una decisión probabilística de intervenir o no en un conflicto bélico. En esta misma línea, pero desde la economía, el ser humano busca la maximización de sus utilidades - beneficios y la reducción de los costos - riesgos, a saber se puede privilegiar el mercado en desmedro de las necesidades humanas y sociales, algo que Amartya Sen llama 'los Tontos Racionales' (1976). En teoría política, los guarismos constituyen un argumento complejo y simple a la vez para posicionar a un/a candidato/a en función del número de votos o lo que comúnmente se denomina 'con calculadora en mano', pero también lo hemos visto en el Parlamento para las votaciones de leyes e incluso para el desfile de acusaciones constitucionales en contra de ministros/as. El gobierno de datos, sin duda, corresponde a la lógica realista del 'cómo voy yo ahí', tan característica de la mala política. Pero, ¿en qué consiste entonces esta 'dictadura de las cifras', pese a que en una columna anterior yo hablé sobre la democracia de ellas?
Durante la crisis sanitaria del Covid 19, la tiranía de los datos ya estaba siendo usada desde marzo por medios internacionales como The Economist, The New York Times y el Financial Times, para denunciar la existencia de sub-reportes de contagios y muertes en varios países, especialmente en América Latina. A esto se suma la entrega de informes numéricos emanados de reconocidas universidades chilenas y del centro de investigación Espacio Público, entidades que ya se han convertido en importantes grupos de presión para el gobierno y su manejo de la pandemia. Por lo tanto, es una carrera internacional contra el tiempo para mostrar la gobernanza más exitosa de la crisis pandémica en términos de detección de nuevos casos (potenciales inclusive), la toma de los testes, el número de camas de hospitales, ventiladores mecánicos e insumos médicos. También desgraciadamente debemos tomar en cuenta los guarismos de fallecimientos y contagios. En términos de política comparada, la 'opresión de los números' daba por ganadores a los países asiáticos y a Nueva Zelanda, pero tanto Corea del Sur (13/05/2020), Beijing/Pekín (16/06/2020) y el país neozelandés (16/06/2020) han vuelto a registrar casos, pues 'los patógenos no respetan fronteras' (Dra., Samia Saad, Fundación Gates), ni tampoco relaciones diplomáticas.
En Chile, seríamos uno de los/as campeones/as per cápita en el mundo de la expansión del virus, de acuerdo al diario financiero Bloomberg (16/06/2020). Sin embargo, el gobierno asegura todavía que al igual que los/as italianos/as, la cantidad de exámenes realizados nos ha jugado una mala pasada en la reputación e imagen país. La concentración casi exclusiva en la 'contabilidad' es lo que le costó su cargo al ex - ministro de Salud, Jaime Mañalich, aunque también podríamos concordar con Heráclito en que "el carácter es el destino". Sin embargo, a estas alturas me pregunto como lo hacía Winston Churchill, "¿por qué cambiar al organillero por el mono?" (Las horas más oscuras, 2018). Ciper Chile (12/06/2020) reveló que el gobierno mantenía dos estadísticas paralelas: (1) la que se informaba públicamente al país con más de tres mil fallecidos, y (2) la enviada reservadamente a la Organización Mundial de la Salud, que daba cuenta de 5.000.
Los datos son un relato importante para mostrar resultados, pues "por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7: 16 - 21). Como creía Karl Popper (1959), son las 'cuantificaciones' las que nos llevan a la 'falsación' de las generalizaciones y de las teorías para desmentir, por ejemplo, el éxito o fracaso de una estrategia sanitaria.
No cabe ninguna duda de que la pandemia está mostrando no sólo la necesidad de una democracia de datos para geo-referenciar la crisis en todos los sentidos. El Covid - 19 también nos empuja a sobrellevar esta tiranía de los datos dándole rostro como lo hizo el diario The New York (24/05/2020) cuando llenó su portada con mil obituarios de fallecidos por el coronavirus; mención especial también merecen el sitio ecuatoriano que creó un memorial virtual para despedirse de las víctimas del Covid 19 (Voces para la Memoria); o en Brasil, el proyecto colaborativo de periodistas voluntarios/as llamado 'Innumerables', donde se hacen perfiles de víctimas de la pandemia.
La tiranía de los datos se combate con políticas públicas para seres humanos con nombres y apellidos.