La tarea conjunta de detener el virus
Desde mañana Antofagasta, Tocopilla, Mejillones y Calama estarán en cuarentena. Un escenario impensado, donde se requerirá la contribución de todos. La cuarentena es una medida extrema, que tendrá un alto costo para muchas familias. Debemos ser conscientes de ello y colaborar. Que la medida funcione depende de todos nosotros.
Concluyó una semana compleja para la región. La emergencia sanitaria no cede y la zona sigue acumulando casos y fallecidos a un ritmo elevado. Sólo entre el lunes y ayer la región sumó 1.700 nuevos contagios de coronavirus y superó los 6 mil casos totales en poco más de cien días de pandemia.
Los fallecidos también crecieron. La semana que pasó hubo 28 muertes confirmadas y el Deis liberó un informe que señala que en la región existen cien decesos "probables" (sin PCR) por coronavirus, lo que llevaría la cifra de fallecimientos a cerca de 200.
Así, las cuarentenas decretadas ayer por el Ministerio de Salud no sorprenden. Desde las 22 horas de mañana Antofagasta y Mejillones volverán a quedar en confinamiento total, mientras que Tocopilla ingresa por primera vez a este régimen. Calama, que ya cumple dos semanas en cuarentena, la mantiene, y atendida la cantidad de casos que aún registra, debiera renovarla.
La cuarentena es una de las medidas más extremas que puede decretar la autoridad, y por eso se reserva como la carta final para el manejo de la pandemia. Se trata, hay que saberlo, de una estrategia que tiene un alto costo para la ciudadanía, pues para muchos significa no trabajar, tener que reprogramar actividades, perder horas médicas no urgentes, trámites importantes, etc. Sin embargo, a la luz de los hechos, parece justificarse.
La curva de contagios ha vuelto a crecer en Antofagasta y en Calama aún no muestra señales de estarse moderando. Mejillones y Tocopilla también han comenzado a evidenciar números elevados, lo que termina de configurar un amenazante escenario para la red de salud regional, que lleva semanas trabajando al límite y que, por cierto, pese a los reforzamientos, se encuentra peligrosamente estresada.
Desde mañana, 566 mil habitantes de la región deberán permanecer confinados en sus hogares por tiempo indefinido en un nuevo intento por frenar el virus y dar aire a los centros de salud.
El llamado es a ser responsables con la medida, colaborar, no salir a menos que sea urgente y con los permisos del caso. Detener el virus es un desafío común. No hacerlo es un riesgo para todos.