Aries

Amor: Intenta perdonar a tu pareja. No dejes que errores mínimos te destruyan. Trabajo: Relaciones tensas en tu trabajo. Trata de no involucrarte tanto. Conserva tu burbuja energética.

Del 21 de marzo al 19 de abril.

Efraín Barquero, escritor chileno, cuyo nombre civil era Sergio Efraín Barahona Jofré, falleció el 27 de junio de 2020. Ganador del Premio Nacional de Literatura, 2008, este poeta teje sus trabajos a partir de la visión de las cosas simples del acontecer cotidiano.

Barquero editó su primer libro, La piedra del pueblo, en 1954, abrazado por los elogios del futuro Premio Nobel. Éste apareció con prólogo de Pablo Neruda. Además, fue calurosamente recibido por la crítica por su temática y por el surgimiento de una voz definida y bien calibrada dentro del panorama literario.

Las palabras de Neruda son precisas para describir la obra y el carácter de Barquero: "Poeta de clase popular, campestre y campesino, pone su devoción en los oficios, en las luchas, en los desamparos del pueblo, con la naturalidad y el orgullo de su origen".

De los momentos mágicos, Efraín recuerda: "Entre el '50 y el '62 practiqué una bohemia intensa, que terminó con mi viaje a China. A mi regreso me fui a Lo Gallardo, en la costa, lo que molestó a Teillier: a él le gustaba la presencia y yo, en cambio, fui un hombre de la ausencia. De vez en cuando mi madre me enviaba una encomienda enorme, de un chancho entero a la chilena y lo comíamos con los amigos. Samuel Donoso terminaba hartándose con el convite y casi siempre lloraba de felicidad".

Manuel Rojas, en su "Historia breve de la literatura chilena (1964), afirmó "La tierra, la mujer, el niño, el abuelo, la vida natural de la gente de Chile, en especial la gente campesina, quizá la gente de todo el mundo, aparecen en los versos de Barquero con el sentido de quien realmente ha sido penetrado en toda su ternura y su sensibilidad",

Barquero escribe, en uno de sus poemas más célebres, parte del volumen La compañera (1956):

"Así es mi compañera. / La he tomado de entre los rostros pobres/ con su pureza de madera sin pintar,/ y sin preguntar por sus padres/porque es joven, y la juventud es eterna,/ sin averiguar donde vive/ porque es sana, y la salud es infinita como el agua,/ y sin saber cuál es su nombre/ porque es bella, y la belleza no ha sido bautizada".

Hoy, tu poesía adorna el firmamento.

María Canihuante, curadora del Patrimonio de Andrés Sabella