Exequiel Ramírez Tapia, rector de la Universidad Santo Tomás, nació en María Elena en septiembre de 1968. Es un pampino de tomo y lomo.

Ingeniero de profesión, coach, trabajó desde 1997 en VTR Banda Ancha S.A., primero como gerente comercial de la zona centro y luego como gerente de la zona sur de la compañía. En el área académica, ha dictado las cátedras de Alta Dirección y Marketing en la Universidad Católica del Norte y Marketing y Planificación Estratégica del Instituto Profesional AIEP, Antofagasta.

Hoy dirige uno de los planteles más grandes de todo el Norte.

¿Cuál es el recuerdo de tus padres y cuál fue su mejor enseñanza?

- La mejor enseñanza fue la resiliencia. Mi padre enfermó de esclerosis múltiple muy joven y mi madre sacó adelante toda una familia. Recuerdo a mi padre tallando su artesanía en madera y la sonrisa de mi madre, siempre optimista.

¿Qué cosa del pasado traerías al presente?

- La vida de barrio. Conocer a los vecinos, su cariño y confianza. Muy necesario recuperar, especialmente en los tiempos que vivimos.

¿Qué poema o canción te identifica?

- La voz de los 80 de Los Prisioneros, el álbum en general marco mi juventud y me acompañó en la transición de colegio a universidad, donde asumí roles de dirigencia estudiantil, que nunca había pensado.

¿Cómo llegaste a la educación y qué significa para ti?

- Literalmente de accidente. Vivíamos en Concepción y tuve un accidente automovilístico muy grave. Después de siete años fuera de Antofagasta, decidimos volver. Los niños eran pequeños y queríamos estar cerca de la familia.

Un amigo que conocí por mi trabajo en Concepción, asumió la rectoría en esa ciudad y me invitó a su ceremonia de investidura. Se dieron las conversaciones y llegué el 2003 con la misión de abrir la Universidad.

Trabajar en educación le da sentido a mi vida. Colaborar en la transformación de vidas de jóvenes y sus familias es algo que enriquece el alma.

¿Qué características definen a los nortinos?

- Luchadores y aperrados. El norte se formó en condiciones muy duras. Donde no existía nada, hoy hay vida y eso es gracias a los nortinos.

¿Qué cosas te hacen feliz?

- En los afectos, ver bien a mis hijos y mi nieta. Que cumplan sus metas, que avancen y sus sonrisas, lo es todo.

En lo personal, la montaña. Ascender una cumbre, contemplar los paisajes me hace muy feliz.

¿Qué objetivos debe plantearse la región para su desarrollo?

- Tomarse en serio la educación escolar, la de los niños y niñas de toda la región. Las grandes oportunidades que tiene la región no serán posibles de abordar en el largo plazo si no mejoramos la calidad de la educación ahora. Con sentido de urgencia.

¿Qué espacio de la región es el que más te gusta y por qué?

- Recorrer los cerros. El desierto regala cuadros de colores increíbles, además de mostrar la inmensidad de la naturaleza y la grandeza de hombres que en ella habitan.

¿Qué sueño está pendiente por cumplir?

- Una promesa que le hice a mi madre, quien está próxima a cumplir su primer aniversario de fallecimiento.

En tiempos tan convulsos ¿qué consejo le darías a personas que no conoces?

- Que traten con mucho respeto al resto de las personas y hagan todo lo posible por ayudar. Si no puede en forma material, con un gesto de amor.