El diario de vida de una escritora en Wuhan
Fang Fang atravesó las fronteras con su diario escrito en la ciudad donde nació el COVID-19. Paralelamente, es publicado otro de sus libros en Chile: "La voz que permanece" .
La escritora china Fang Fang, seudónimo de Wang Fang comenzó el 25 de enero de este año un diario. Escribió en él durante sesenta días consecutivos, lo que permitió al mundo adelantarse al encierro que le tocaría vivir. La motivó la decisión de las autoridades de aislar a su ciudad del resto del país y también estar sola con su mascota.
Antes de convertirse en "la escritora del momento", la narradora nacida en 1955 era una desconocida en las bibliotecas del mundo. Había publicado varios libros y era reconocida en su país, pero poco traducida al español, aunque sí a otras lenguas. Primero cultivó la poesía y desde los años ochenta pulsó las teclas de la narrativa.
Esto es un fragmento de su diario: "Los pequeños supermercados todavía están abiertos y los vendedores de verduras todavía están en la calle. Compré algunas verduras en la acera y recogí huevos y leche de un supermercado. Me detuve en tres supermercados antes de localizar uno con huevos. Les pregunté si estaban preocupados por infectarse al permanecer abiertos. Su respuesta fue: tenemos que superar esto y tú también. Es cierto que tienen que seguir viviendo y nosotros también, así son las cosas. A menudo admiro a estas personas trabajadoras. A veces, una breve conversación con ellos me deja sintiéndome misteriosamente calmada. Fue así -aquellos días y noches- que Wuhan sufrió el peor pánico, el frío del viento y la lluvia. En casi todas las calles desiertas y barridas por la lluvia, un trabajador de limpieza aún se arrastraba meticulosamente. Al verlos, me sentí avergonzada de sentirme tan tensa y de repente me calmaba".
La escritora, por edad, es parte de la población de riesgo de contagiarse de coronavirus. Sin embargo, sale a comprar. Y, paradójicamente, sus publicaciones generaron una reacción negativa desde las autoridades y parte de la población. Sufrió amenazas públicas de maestros de artes marciales y muchas veces su diario fue eliminado por los censores chinos, pero no definitivamente.
Ella ha vivido en el contraste: reconocimiento y crítica simultánea. Ganó el premio más relevante de las letras chinas el 2010, pero nunca dejó de pensar de forma independiente. En una charla dada en México para el día de la mujer (disponible en Youtube) critica el atraso respecto al lugar que ha ocupado el género femenino en su país y vincula la institución del matrimonio a la sumisión de la mujer china.
El diario de Wuhan a fines de mayo fue publicado en inglés y recientemente en español en formato ebook. Y si bien en muchos medios del mundo se ha repetido la idea de llevar diarios bajo la pandemia, el de Fang Fang es el original, el primero.
Fang Fang en Chile
La escritora de Wuhan es mucho más que su diario. Fang Fang es considerada como una maestra de la novela corta en su país. Su libro "La voz que permanece" fue recientemente publicado en Chile por Ediciones Lastarria en formato ebook. Es la historia de A Li, un protagonista con problemas mentales al que se le accidenta la madre, que es la única capaz de iluminar la oscuridad en que está encerrada su mente.
Siguiendo a Fang Fang se puede leer a la sociedad de Wuhan, una poblada por 11 millones de habitantes, donde la gente solía salir a comprar en pijama. Entre esas calles están las vidas que elige narrar: personas que venden cosas finas o calcetines y gente que viene principalmente del campo. La misma escritora emigró, junto a su familia, a los dos años.
En la nota introductoria del libro Fang Fang escribió: "Creo que, para medir el nivel del desarrollo social, lo que importa no son las anchas autopistas, ni los altos edificios, ni la avanzada tecnología, ni la velocidad de los vehículos, sino la actitud que adoptas hacia los débiles de la sociedad".
El periodista y crítico de libros Pedro Pablo Guerrero es el editor de esta primera edición chilena en ebook de "La voz que permanece". Admite que "no conocemos ni siquiera la punta del iceberg de la producción de Fang Fang". Según Guerrero las imágenes que ella usa "no son de un estilo dado a la metáfora". Y si la comparamos con prosas chilenas, se acerca a la pluma de "Vidas Mínimas" de González Vera.
"Son existencias muy grises, muy pequeñas. Es neorrealista porque no se anda con sutilezas. Dice todas estas cosas que en la literatura occidental por decoro, por elegancia, se omiten. En ese sentido se parece a Manuel Rojas, es muy directa", afirma el editor.
Fang Fang se muestra como una escritora crítica que pone atención a la cara B del progreso en China.
-¿Existen parecidos con la sociedad chilena en el retrato que hace de China?
-Hay problemas muy parecidos. El hermano de A Li, al terminar la universidad tiene que insertarse al mercado laboral, y está desolado porque sin "pituto", sin conexiones, sin padrinos no se puede insertar. Amigos que no tenían el talento -ni se esforzaron- lograron ascender antes que él e incluso se burlan porque estudió tanto. La única manera de lograr trabajo es cuando un profesor lo recomienda con un padrino. Los pobres no se mueren de hambre, pero quedan ahí. El pobre no sale de su condición. Es un libro engañoso, porque es un drama familiar, es una narración lineal, pero tiene una gran cantidad de subtextos.
A la escritora china Fang Fang de le cerraron temporalmente el blog donde publicaba su diario.
Por Cristóbal Gaete
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