El Aula Hospitalaria se adapta a las clases online en medio de la pandemia
NIÑOS. Pacientes continúan su proceso educativo y el contacto con sus profesores de manera remota.
Nueve meses es el tiempo que la pequeña Darlyn González, de tan solo 11 años, lleva hospitalizada en el área de Pediatría del Hospital Regional de Antofagasta, tras presentar inicialmente un cuadro de hepatitis que terminó por evidenciar, además, una aplasia medular. (necesita trasplante).
Su frágil condición de salud, obligó a sus padres (Nicol Vicencio y Giovanni González), a tener que dejar sus trabajos formales con tal de poder tener tiempo para turnarse entre el hospital y la casa, donde cuidan a su otro hijo de cinco años.
Durante este tiempo, una de las principales preocupaciones de Darlyn era no perderse las clases, razón por la cual fue ingresada al Aula Hospitalaria San Antonio, del Hospital Regional (programa reconocido por el Mineduc para la validación de notas), parte de la Corporación Educacional San Sebastián.
El aula además de ayudar a continuar con el proceso curricular de los estudiantes hospitalizados, también los acompaña emocionalmente durante este periodo.
Según relató Nicol, la madre de Darlyn, el aula ha ayudado mucho a a su hija para poder sentirse mejor en cuanto a su situación.
"Mi hija no la ha pasado muy bien. De hecho tanto Navidad como Año Nuevo, los tuvo que pasar en el servicio (...) han sido super buenos con mi hija, tanto las enfermeras, los paramédicos, la sicóloga, la asistente social, y las tías, todos le han tomado harto cariño debido al tiempo que ha estado acá y eso claro que le da ánimos, lo que es muy importante en estas circunstancias", precisó.
Acompañamiento
La coordinadora del aula, Yoselin Cisternas Castillo, explicó que si bien lo curricular es importante, cuando se trata de la salud de los más pequeños, lo educacional pasa a segundo plano, ya que sin una buena predisposición a aprender, el proceso se complica.
"Desde el 16 de marzo, que no estamos trabajando con niños que estén hospitalizados, salvo dos pacientes (de 10 y 12 años), que debido a su condición de salud, se mantienen internados. Pero todo depende de cómo estén, no siempre se pueden hacer las clases, el factor anímico es muy importante", precisó.
Acotó que para el resto de los estudiantes, la metodología de trabajo es mediante la vía remota, lo que en la práctica no ha estado exento de dificultades, principalmente por el acceso a las tecnologías e internet, por parte de los pacientes. "No obstante, igual hemos logrado becar a algunos estudiantes, entregando chips, o dispositivos para que puedan realizar sus clases".
La psicopedagoga del aula, Olga Romo relató algunos de los desafíos que tuvieron que asumir tras el cambio de formato en las atenciones.
"La pandemia cambió harto las cosas para nosotros respecto de la atención con los niños. Se tuvo que implementar una plataforma remota con tal de poder hacer clases, pero pronto nos dimos cuenta que no todos los niños tenían acceso a un computador o internet, obligando a la sostenedora a tener que costear estas herramientas para que los niños pudiesen tener sus clases", dijo.
Comunicación
La profesora de matemáticas, física y química, dentro del aula, Paula Otaíza, explicó que tras la implementación de la metodología online, se realizaron esfuerzos dobles, por no perder la comunicación con los alumnos.
"Desde que empezamos con el teletrabajo, procuramos nunca perder el contacto con los niños, más que por el contexto académico, por la contención emocional, ya que para estos niños les resulta complejo entender todo lo que esta pasando. En ese sentido también hemos visto algunos tips, para poder ir explicándoles lo que pasa y que lo puedan entender", dijo.
La docente manifestó que uno de los aspectos positivos que ha tenido el trabajo remoto, a pesar de sus complejidades, es el hecho de que les ha permitido mantener una comunicación más cercana con los apoderados.
"Tengo a cargo 20 niños, a quienes voy monitoreando varias veces a la semana, llamando a los papás para ver cómo están ,o si tienen dudas respecto del material o de acceso a la página del aula, que es donde hacemos las clases y desde donde ellos descargan los contenidos (...), esta metodología igual nos ha ayudado a acercarnos a los padres", dijo.
"Respuesta"
Gerda Tapia, mamá de Pablo Fuentealba, quien lleva tres años asistiendo al aula, explicó que tras el comienzo de la pandemia, temió porque las clases del aula se suspendieran y que todo el avance que había logrado su hijo en el servicio, por la parte de salud mental, se perdiera.
"Pensé que se iba a quedar sin clases, que iba a quedar nulo, con un proceso a la mitad. Pero después las mismas docentes del aula nos explicaron que no sería así y luego procedieron a contarme el proyecto que tenían, quedándome más tranquila. Mi hijo se conecta de lunes a viernes, hace sus trabajos de forma normal (...) todas las profesionales han sido un gran apoyo desde siempre. En el aula, encontré las respuestas para mi hijo en el aspecto académico. Lo acogieron y supieron comprender", dijo.
"Desde que empezamos con el teletrabajo, procuramos nunca perder contacto con nuestro niños. Les es difícil entender todo lo que pasa".
Paula Otaíza, profesora de ciencias del aula,