Trabajo de los municipios
Cada uno de los ayuntamientos de la región tiene enormes desafíos derivados del contexto actual, pero también otros propios de sus particulares características. Tenemos deudas evidentes. Ni la capital regional, Calama o cualquier otra comuna tiene indicadores positivos o encomiables, pese a las evidentes ventajas y potencial que ofrece nuestra zona.
Todo indica que hoy la capital regional elegirá un alcalde suplente, tras la salida de Karen Rojo Venegas de la jefatura comunal, tras la formalización y acusación por los presuntos delitos de fraude al Fisco y negociación incompatible en el denominado caso Main.
No es la primera vez que la comuna enfrenta un escenario de este tipo, tampoco otras localidades de la región- Calama y Sierra Gorda, por lo pronto-, situaciones del todo lamentables, considerando la importancia que tienen los ayuntamientos en el entramado social.
Todo esto se produce en el marco de una crisis social severa, en medio de una pandemia con duras consecuencias económicas y, más grande todavía, con la mochila que implica la serie de desafíos que tienen cada uno de los territorios de la zona.
Hay una obligación ética enorme aquí: prepararse para los difíciles contextos que seguirán cambiando nuestras formas de vida, industrias, política. El mundo que conocemos nos resultará cada vez más ajeno y desconocido, lo que puede ser una nueva fuente de traumas y fricciones si se manejan mal.
Si hacemos lo correcto, estos momentos críticos pasarán, pero deben ser un llamado de atención a los ediles -y a toda autoridad- de que deben ponerse a tono de las demandas ciudadanas y ser capaces de construir desarrollos para las próximas generaciones. No basta con administrar y quejarse, no basta con culpar a los otros. Hoy se requiere, más que nunca, gestión, trabajo y liderazgo para el mundo que viene.
Y en esto, tenemos deudas evidentes. Ni la capital regional, Calama o cualquier otra comuna tiene indicadores positivos o encomiables, pese a las evidentes ventajas que ofrece nuestra zona, pese a tener industrias potentes y perspectivas muy interesantes de cara al futuro.
En tal espacio, uno de los desafíos es mejorar la calidad de vida de nuestras localidades, materia en la que los alcaldes son fundamentales. La región y el país necesitan sueños posibles, no ilusiones y todas las comunas antofagastinas ofrecen oportunidades reales de un desarrollo, dejando en claro que es hora de tener al centro a las personas.