"No salimos solos, salimos como comunidad"
IDENTIDAD. Víctor Flores, encargado de la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones en Antofagasta.
"Mi padre se llama Víctor y es taltalino, mi madre Graciela y nació en Tocopilla, ambos, ya jubilados, viven en Temuco. Somos cuatro hermanos, yo soy el mayor, luego viene Silvia, Fernando y Felipe", relata Víctor Flores, encargado de la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones en Antofagasta.
Casado hace 19 años con Maitén, se conocieron en Antofagasta, reencontraron en Iquique y casaron en la capital regional para entonces partir a Santiago, ciudad en la que vivieron por doce años, "hasta que nos regresamos a la zona en 2013", cuando asumió como director regional del Hogar de Cristo.
De ese matrimonio han nacido tres hijos: Paloma de 29 años, Agustín de 16 y Alondra de 10.
¿Cuándo y dónde naciste?
- Nací en la ciudad de Los Ángeles, Región del Biobío, en noviembre de 1971, vivimos dos años allá por el trabajo de mi padre.
¿Qué era lo mejor de ser niño?
- El amor con que me criaron mis padres; los viajes desde Santiago, donde vivimos cuando era niño, a Antofagasta a la casa de mis abuelos en verano, donde pasábamos Navidad y Año Nuevo, con mucha familia reunida; recorrer en bicicleta con los amigos mi barrio en Santiago y Caldera el año que vivimos allá; salir a pescar con mi papá; celebrar mis cumpleaños y viajar en auto al sur y al norte por el trabajo de mi padre y de paseo.
¿Qué aprendiste de tus padres?
- Lo importante que es la familia para la formación como persona; a expresar tus afectos, a preocuparse del otro, en fin, aprendí con ellos y sigo aprendiendo lo que es el amor. Aprendí también sobre los valores y cómo estos te guían en tu camino. Aprendí sobre fragilidades y dolores humanos y que la esperanza, no obstante, está a la vuelta de la esquina. Aprendí a hacer bien el trabajo, con dedicación y compromiso.
¿Qué suele ser lo primero que piensas al despertar?
- Depende de lo que haya sucedido el día o días anteriores o de lo que vaya a venir. Puede ser en alguien de mi familia. Otro día, tal vez, lo que me dejó una buena película. Hay veces que parto la jornada pensando en lo que viene. Ahora, en tiempos de COVID, partir revisando las clases virtuales de los niños para ir a despertarlos. Y, por cierto, pienso en mi celular para leer este diario (ríe).
Hoy trabajas con inmigrantes. ¿Qué mensaje te gustaría entregar?
- Es frecuente escucharlo, pero es verdad, de alguna u otra forma, todos somos migrantes. Si miramos nuestra historia familiar lo comprobaremos. Sin duda que la migración requiere ser ordenada, segura y regular, no solo en beneficio del país de acogida, sino de los propios migrantes, para que su migración sea digna.
Para que sea en beneficio de todos, se requiere de políticas públicas, basadas en hechos y no prejuicios, que permitan conducir la migración como un impulsor del desarrollo. Este es uno de nuestros principales desafíos y tenemos las capacidades para abordarlo.
¿Cuál cree que es la clave para ser feliz?
- Aprender a amar y conjugar el verbo en la realidad, con tu familia, amigos, con quienes te relacionas por el trabajo o por otras actividades. Aprender y nunca creer que ya aprendiste todo.
¿Qué cosa identifica al nortino?
- Depende del nortino, el de la costa o el del interior y antes de este, el de la franja del cobre. No es uno solo ni una sola identidad.
No me atrevo a señalarlo, pero sí puedo decir que creo que se trata de identidades en transformación. En la costa por la influencia que está teniendo la migración internacional, en la franja del cobre, antes del salitre, por los efectos de operaciones mineras en funcionamiento desde la década del 90 y la conmutación. En el interior, por la influencia del turismo, de la actividad minera no metálica, del mejoramiento de la infraestructura y acceso a tecnologías de la información, además del intercambio fronterizo ante el fortalecimiento de los pasos respectivos.
¿Qué énfasis debe tener la región para lograr el desarrollo?
- Valorar la diversidad, expresada en lo cultural y social en una sociedad cosmopolita, con migrantes internos e internacionales y expresada en lo económico en la diversificación de su matriz productiva.
Ciudades cosmopolitas y diversificadas en sus actividades económicas, son fuente de desarrollo e innovación, en diversos ámbitos del ser humano, porque enriquecen la cultura y sus diversas expresiones.
En días tan complejos, ¿qué consejo te permitirías darle a la gente?
- Que nos necesitamos todos, que nos tenemos que cuidar todos, porque de esto no salimos solos, cada uno por su lado, salimos como comunidad, actuando en conjunto, lo que nos ha permitido alcanzar nuestros mejores logros.