La desocupación es otro problema que ronda a las regiones mineras, aunque el último análisis del INE dejó mejores perspectivas en medio de los efectos de la pandemia en las zonas productoras.

La tasa de desocupación en la Región de Arica y Parinacota llegó a 7,5% para el trimestre abril-junio de 2020. En tanto, Tarapacá marcó 12,7%; Antofagasta, 12,4%; y Atacama, 11,6%.

El INE advirtió que las alzas más significativas en desempleo están en Coquimbo, 14,7%, la más alta del país con un aumento de 7,5 pp. Luego siguen Los Ríos, 12,3% (+6,6 pp.); Los Lagos, 9,3% (+6,0 pp.); y la Región de Tarapacá, 12,7% (+5,5).

Aparte de Coquimbo, las tasas más altas están en Valparaíso (13,4%); O'Higgins (13,0%) y la Región Metropolitana ( 12,8%) para el trimestre abril-junio 2020. A nivel país, la tasa de desempleo llegó a 12,2%, con claros signos del efecto de la pandemia de coronavirus.

El empleo en el sector minero también recibe los efectos del Covid-19. Así, su ocupación disminuyó 15% en los últimos doce meses, luego que en el trimestre marzo-mayo de 2020 llegara a 201.000 trabajadores, es decir, una baja de 35.500 puestos de trabajo, en relación a 2019.

"Esta es una muestra clara del impacto de la pandemia en el empleo. Hemos retrocedido prácticamente tres años en el nivel de ocupación en minería, por cuanto hoy es similar al que observábamos en octubre del año 2017", indicó el gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Minería, Álvaro Merino.

Según Merino, el nivel de empleo en Chile en todos los sectores es equivalente al que se registró en septiembre de 2010, "es decir, hemos retrocedido una década".

En esa línea, destacó el retroceso en rubros representativos de la economía nacional, como actividades de alojamiento y de servicio de comida 42,4%, agricultura 24,3%, construcción 23,1%, comercio 19,4%, transporte 17,1% e industria manufacturera 14,4%.

El ejecutivo del gremio minero expresó que la minería, "en este complejo escenario, ha apostado por la continuidad operacional, priorizando la salud de sus trabajadores, sus familias y su entorno, pero también, manteniendo la cadena de pagos, a fin de minimizar el impacto de la crisis, en las empresas colaboradoras, proveedoras y en el aporte al financiamiento fiscal".

Merino explicó que "todos los segmentos productivos de la minería, sin importar su tamaño y sujetas a un estricto protocolo, están haciendo los mayores esfuerzos para mantener operativas las faenas y están trabajando al ritmo que las complejas circunstancias actuales así lo permiten".

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