Fallecidos en la pandemia: las personas detrás de las estadísticas
CORONAVIRUS. La muerte por covid ha dejado una marca en cientos de familias de la región. Es una partida en soledad, con muy pocos rituales, y por lo mismo, más dolorosa. En esta crónica familiares de fallecidos dan testimonios de quienes fueron sus seres queridos y cómo enfrentan el luto.
Aunque llegará el día en que la humanidad logrará superar la pandemia del coronavirus, para Camila Ahumada y sus cinco hermanos la crisis sanitaria estará presente en su familia por siempre. Su padre, Carlos Ahumada, técnico paramédico de 47 años funcionario del área de Urgencias del Hospital Carlos Cisternas de Calama, falleció el 20 de agosto producto de la misma enfermedad que intentaba combatir.
Desde que comenzó la pandemia, se han registrado, hasta el día de ayer, 473 fallecimientos por covid en la región; siendo el caso del técnico paramédico el del primer profesional de la salud en fallecer por esta enfermedad.
Su hija, Camila Ahumada, relató que la partida de su padre ha sido una de las cosas más dolorosas que le ha tocado vivir, sobre todo por el contexto en el que ocurre su deceso.
"Como hijos, teníamos miedo de que él trabajara tanto, sobre todo porque tenía diabetes y aun así el siguió trabajando y dándolo todo. Era nuestro pilar fundamental, de sus seis hijos y cinco nietos (...) cuando nos contó que había dado positivo, fue un golpe muy fuerte, porque muchos miedos se hicieron realidad. Tanto mi hermana y yo entramos a cuarentena junto con él".
Según Camila, su padre siempre tuvo una profunda vocación por su trabajo; esfuerzo que, explica, se pierde cuando las personas siguen saliendo de sus casas, en vez de mantener la distancia social.
"Eso es muy triste, porque ellos dan la vida por cuidar a las demás personas, pero nadie se preocupa de ellos (...) solo puedo decir que me siento orgullosa de ser su hija", dijo.
Distancia
Henry Wheeler, es un antofagastino de 53 años, que el 29 de mayo perdió a su hermano mayor, Ronald (de 54), producto del coronavirus.
Tanto él, como su familia, quienes se reparten entre la capital regional y Santiago (donde falleció su hermano), entendieron rápidamente los reales alcances de la enfermedad, puesto que en solo una semana el virus les arrebató la vida de su familiar.
Pero lo peor, explica el agente de ventas, fue pasar por todo esto a distancia. Tanto él como su madre no pudieron viajar a su funeral.
"Fue súper complicado pasar por todo esto, primero a nivel familiar, por las características de este fallecimiento. El hecho de que lo haya matado un virus, una pandemia, siendo todavía joven, tenía 54 años, fue algo muy fuerte; esta enfermedad se lo llevó en una semana. Entró con síntomas al hospital y siete días después, el 29 de mayo, falleció ahí mismo, en el hospital, no alcanzó a durar mucho", dijo.
Acotó que "lo viví de forma muy fuerte por dos razones. La primera por es mi hermano y segundo, por mi mamá, tiene 78 años y no pudo ir al cementerio a despedir a su hijo. Yo tampoco pude, estaba lejos (en Antofagasta). Solo pude ver el responso que se hizo a través del celular".
El profesional agregó que "esta es una enfermedad terrible. Realmente las personas no dimensionan lo complicado y doloroso que es esto, hasta que se vive".
"Frío"
Una experiencia similar pasó la periodista de 30 años, Tamara Miranda, quien relató como gran parte de su familia en Santiago estuvo contagiada. Su abuelo, Luis Varela, con quien se crió, falleció. A las pocas semanas también murió una tía.
"El 9 de junio fue el funeral de mi abuelo y estaba a 1.300 kilómetros de distancia. El covid-19 se lo llevó, así como a miles de otros hombres y mujeres que estoy segura dieron la batalla hasta el final. Es triste la muerte, pero más aún en estas condiciones, por no poder abrazar a mi mamá, ni a mis tíos, mis primas, ni a mi hermano", comentó.
Acotó que mientras todo lo anterior pasaba, fue su primo, el único que pudo visitar a su abuelo (ya que tanto su mamá como su abuela, estaban contagiadas). Tamara Miranda recordó que la última vez que logró hablar con su abuelo, mientras éste todavía estaba en tratamiento, supo en el fondo que esa instancia no volvería a repetirse, y lamentó, aunque lo entiende, el riguroso protocolo sanitario en estos casos, que siempre deja a medias cualquier proceso de duelo.
"La última vez que hablé con él me dijo que me amaba mucho. A penas podía escucharlo porque estaba de guatita en la cama. La mascarilla que tenía le impedía conversar. Entonces le dije que lo iba a esperar y que fuera fuerte. En el fondo yo sabía que no había nada mas que hacer, pero algo de fe quedaba en ese momento", manifestó.
477 fallecidos por covid 19, esla cifra que registra actualmente la región, desde que comenzó la pandemia del coronavirus.